Wickramasinghe et al. (2020) mencionan que envejecer con salud y calidad de vida se logra al alcanzar un “mayor bienestar físico, mental y social posible, y con la menor incidencia de enfermedades cardiometabólicas” con una “nutrición óptima y la actividad física a lo largo de la vida”, en especial por acciones que reduzcan las enfermedades no transmisibles que pueden ser prevenibles con políticas públicas y el compromiso de cada persona. La Organización de Naciones Unidas (s.f.) señala al respecto: “Todos podemos empezar por promover y proteger nuestra propia salud y la de nuestro entorno, tomando decisiones bien informadas, ... Podemos concienciar a nuestra comunidad sobre la importancia de la buena salud y de un estilo de vida saludable, ...”. Por tanto, para gozar de calidad de vida en el envejecimiento es necesario un compromiso individual y estimulado por políticas públicas para generar conciencia colectiva sobre la adopción de conductas de vida saludables, para ello es necesario generar información para la toma de decisiones, esta información puede estar basada en mejores prácticas de estilos de vida saludable que pueda aplicar todas las personas de todas las edades. En la búsqueda de identificar hábitos para potenciar un envejecimiento saludable, se han realizado investigaciones sobre cuáles son los estilos de vida exitosos del envejecimiento (Buettner, 2005; Old & Scott, 2023; OMS, 2022; Umarov, 2022; Valle, 2021; B. J. Willcox et al., 2008).En el proceso de investigación se identificaron lugares donde se presentan concentraciones de personas que superan el promedio de esperanza de vida, zonas de alta longevidad, y características comunes de sus hábitos (Buettner, 2005; Buettner & Skemp, 2016; Poulain et al., 2013, 2021; B. J. Willcox et al., 2008). Una de las cinco zonas de alta longevidad se ubica en la Península de Nicoya en Costa Rica, donde se destacan estilos de vida adoptados por la población de Nicoya que les ha permitido un proceso de envejecimiento saludable asociados a la alimentación, actividad física, entorno social y discernimiento de la vida (Aguilar Fernández & Carballo-Alfaro, 2023; Buettner, 2008; Clower, 2023; Gómez Salas et al., 2024; Momi-Chacón et al., 2017, 2017; Nieddu et al., 2020, 2020; Pes et al., 2022; Rehkopf et al., 2013; Rodríguez, 2014; Rosero-Bixby, 2008; Rosero-Bixby et al., 2013; Solano et al., 2022; Solís-Bastos et al., 2019). A pesar de los beneficios de aplicar estilos de vida saludables las personas no los incorporan en su vida cotidiana, ello, entre otros factores, debido a que existen errores de razonamiento sistemáticos que pueden llevar a tomar decisiones en la vía no correcta para maximizar el bienestar individual (Hernández & Soto-Mota, 2020). Dada la presencia de estos errores, la economía conductual analiza el proceso de elecciones utilizando premisas de la psicología identificando fallos conductuales que llevan al deterioro del bienestar del individuo (Abellan-Perpiñan, et al., 2023), y que no se pueden corregir con los mecanismos tradicionales de mercado sino mediante intervenciones que modifiquen la conducta del individuo que no impliquen alteraciones en los precios de mercado ni limiten su libertad de elección. Dentro de las intervenciones que ayudan a modificar la conducta está la teoría de los empujones (Nudge), los cuales pueden modificar comportamientos contrarios a la adopción de hábitos saludables que permitan obtener ganancias en la calidad de vida relacionada con la salud y un desarrollar proceso de envejecimiento saludable (Hernández & Soto-Mota, 2020; Latimer et al., 2008; Patel et al., 2018).
Fomentar la adopción de conductas relacionadas con estilos de vida saludables, basados en la experiencia de la población de alta longevidad de Nicoya, para promover ganancias en la calidad de vida relacionada con la salud y un proceso de envejecimiento activo y saludable, mediante la aplicación de la teoría de la economía conductual y el uso de estrategias de empujes (Nudge).
Aplicar la estrategia de intervención según la teoría de los empujes basados en el efecto encuadre de ganancias y pérdidas y reforzada con incentivos no monetarios mediante un instrumento que facilita la adopción de conductas ligadas a estilos de vida saludables.
Análisis de los resultados de la intervención conductual al medir los impactos en la decisión de poblaciones de adoptar conductas que propicien estilos de vida saludables.