Mayo del 2005. 22:25 PM
No todas las anécdotas son divertidas. Hay algunas que nos causan tristezas, otras nos causan un poco de preocupación y hay anécdotas que simplemente son muy particulares.
En una ocasión, durante una gira estaba el grupo de trabajo de campo hospedados en un hotel aparentemente de calidad dudosa. Dudosa, ¿porqué? Bueno, digo de dudosa calidad porque los baños del hotel despedían un característico aroma, muy propio de los que en donde las normas sanitarias dejan mucho qué desear.
La cuestión era tan grave que sucedió que uno de los baños de las habitaciones en donde estaban hospedados los chicos se bloqueó con quien sabe qué. El agua negra y pestilente empezó a brotar a borbollones y a rebalsarse. Muy pronto, pedazos de excretas empezaron a brotar. Uno de los chicos, el más práctico de ellos hizo todo lo posible para tratar de parar la fuga, incluso tomar las excretas con sus propias manos... Esa noche nadie durmió...
A la mañana siguiente, nadie quería saludar a nuestro héroe... con un apretón de manos!
Moraleja:
El trabajo de campo es duro y agotador... no escatimen para conseguir un hotel de primera!