Jornadas laborales no comunes
Resumen:
- A finales de 2022, 15% de los asalariados en Costa Rica trabajaban en horarios diferentes a la jornada diurna: horarios nocturno, mixto, escalonado, rotativo o propio. Estas jornadas no diurnas se le denominan en este texto “jornadas no comunes”
- Las jornadas no comunes eran más frecuentes en las regiones periféricas aufera de la capital, y están ligadas a sectores relacionados con turismo (alojamiento y transporte).
- Las jornadas complejas estaban asociadas también con servicios como salud y seguridad.
- Las personas en ocupaciones de calificación media en el sector servicios pero con altas remuneraciones tenían más probabilidad de trabajar en horarios complejos.
- Las personas que laboraban en jornadas no comunes mencionaban más frecuentemente el deseo y la disponibilidad por cambiar de trabajo.
En 2022, el 85% de los poco más de millón y medio de asalariados en Costa Rica trabajaban en una jornada diurna, que generalmente abarca de las 5am a las 7pm (tal y como lo operacionaliza el INEC en la Encuesta Continua de Empleo). Con la discusión del proyecto de ley de las jornadas 4-3 se ha resaltado que en Costa Rica ya hay trabajadores que laboran en horarios diferentes. En este texto, se le denominará como jornada no común a las jornadas nocturnas (entre 7pm a 5am), mixtas (al menos 3 horas en horario nocturno), alterno, rotativo, escalonado, o propio. Un 5% de los trabajadores laboraba en jornadas nocturnas o mixtas, y el restante 10% en los otros tipos de jornadas, que denominaremos como “complejas” en este texto.
Estos porcentajes son muy similares al 2019, antes de la pandemia por COVID-19, lo cual sugiere que los cambios en el mercado de trabajo provocados por la crisis sanitaria no favorecieron o provocaron la instauración de jornadas poco comunes. ¿Qué caracteriza a los trabajadores que laboran en jornadas no comunes? Este texto explorará algunas de estas características.
En general, las jornadas diurnas eran más típicas de la Región Central. Las jornadas mixtas y nocturnas eran más frecuentes en el resto de regiones, en particular en la costa pacífica. En la región del Pacífico Central, 13% de los asalariados trabajaban jornadas nocturnas y mixtas; esta frecuencia no solo se debía a las actividades del turismo propiamente dichas, sino también a las demás actividades asociadas. De hecho, las áreas con mayor probabilidad de asignar este tipo de horarios eran las relacionadas con alojamiento, transporte, y servicios administrativos, así como las relacionadas con la enseñanza y la manufactura.
Complementariamente, las jornadas complejas eran más comunes en las regiones Caribe, Norte y, sobre todo, Brunca (Zona Sur) –18% de los asalariados de la zona más meridional trabajaban en horarios alternos, escalonados o rotativos–. Llama la atención que en estas tres regiones el desempleo ha sido crónico; para finales de 2022, la región Norte tenía la tasa de desocupación más alta. Vale preguntarse si la aceptación de contratos con jornadas no comunes ha sido una estrategia para poder conseguir empleo. Al igual que con las jornadas nocturnas o mixtas, aquellos que laboraban en los sectores del transporte, alojamiento y servicios administrativos (ligadas de alguna forma al turismo) tienen más probabilidad de laborar en jornadas complejas. Lo mismo sucede con los asalariados que trabajan en el área de la salud, la seguridad social y la administración pública (como en la policía).
Otro patrón que resalta es el relacionado con las remuneraciones, pues las personas con más altos salarios laboraban desproporcionadamente en horarios complejos, aún cuando las ocupaciones más calificadas y las personas con nivel universitario no necesariamente estaban en este tipo de jornadas. De hecho (de acuerdo a un análisis multivariado), las personas que tenían más probabilidad de laborar con jornadas complejas eran aquellas que estaban en ocupaciones de calificación intermedia, típicamente del sector servicios, pero con altas remuneraciones; con un modelo estadístico multivariable (regresión multinomial), se estima que 1 de cada 4 asalariados con esta combinación de atributos laboraba en jornadas escalonadas, alternas, rotativas o propias.
Las jornadas no comunes han surgido por decisiones o necesidades de los empleadores. Si bien es cierto, esta flexibilidad permite aumentar la empleabilidad, las jornadas no comunes no necesariamente generan satisfacción entre los asalariados. Mientras que un 10% de los que trabajaban en jornadas diurnas querían y estaban disponibles para cambiar de empleo, entre los que tenían jornadas complejas esta cifra crecía a 12%, y entre los que tenían jornadas nocturnas aumentaba a 15%. En general, la mayoría de los que querían cambiar de empleo lo justificaban porque querían ganar más dinero indistintamente de su jornaa de trabajo. No obstante, los que tenían jornadas no comunes también esgrimían razones tales como mejorar sus condiciones de empleo y buscar trabajos más adecuados a su formación. La promoción de nuevas jornadas de trabajo no solo debe considerar las necesidades de los empleadores, sino también la disponibilidad y satisfacción de los trabajadores para no crear ineficiencias en el recurso humano.
Figura 1. Porcentaje de asalariados que desea y está disponible para cambiar de trabajo, según tipo de jornada.
Fuente: INEC: ECE Tercer Trimestre 2022.
Autor: Gilbert Brenes Camacho
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