Puente
entre Norte y Sur América y punto de encuentro de los océanos Atlántico y Pacífico,
el Istmo centroamericano es sitio en que confluyen –y chocan– continentes,
mares, biosistemas, razas, culturas e historias.
El paisaje y la sociedad reflejan esta realidad, frecuentemente definida
más por factores externos que por su propia identidad.
La
región abandona el milenio con la vaga memoria del esplendor de la civilización
americana más sorprendente, acunada por el Istmo siglos atrás, y con la
memoria fresca de guerras fratricidas (por causas muchas veces ajenas),
desastres naturales, inequidades intolerables y atraso material, tecnológico y
científico evidentes. Al mismo
tiempo, el Istmo entra al nuevo siglo y milenio con la esperanza de que la
democracia y la paz, recientemente estrenadas, le permitirán desarrollarse y
encontrarse a sí mismo. Todo esto
en medio de un inexorable movimiento de globalización que complica la búsqueda
de una identidad propia.
La
demografía del Istmo no escapa a esta confluencia de espacios y tiempos.
Está en gran parte definida por factores externos como el desarrollo del
conocimiento de las claves de la reproducción y la muerte o la importación de
programas de ingeniería social. Refleja
tendencias globales como la transición demográfica o la circulación de
migrantes. Yuxtapone patrones de supervivencia, reproducción y
organización familiar tradicionales y modernos en una amalgama poblacional
caracterizada por la diversidad y los contrastes.
Es influenciada también por la emergencia de nuevas áreas de estudio y
acción como son la violencia o la conservación del ambiente.
Es,
sin embargo, poco lo que entendemos o está documentado de esta tumultuosa
realidad demográfica de la región. Aquí
también el Istmo debe encontrarse a sí mismo.
Esta
publicación es parte de la búsqueda de identidad del Istmo en lo demográfico.
El objeto de reflexión es la población de la regón en el emblemático
año 2000. Dentro del amplio tema de la demografía, la publicación
integra 16 estudios sobre cinco aspectos de la realidad centroamericana: la dinámica
demográfica general, la familia, las migraciones a través de las fronteras
nacionales, aspectos de la violencia y el tema emergente de la interrelación
población y medio ambiente. Deliberadamente
se han dejado por fuera los temas demográficos tradicionales de la mortalidad y
la fecundidad, a fin de tener el espacio para reflexionar sobre temas menos
conocidos de la realidad poblacional.
La demógrafa panameña Carmen Miró, posiblemente el personaje latinoamericano más
conocido en el mundo de los estudios de población de las últimas cuatro décadas,
es un testigo de excepción para hacer un recuento de las grandes tendencias
demográficas de la región. En su
capítulo describe la explosión demográfica que multiplicó por tres la
población del istmo en las últimas cinco décadas y probablemente la
multiplicará nuevamente por tres en las cinco décadas venideras. Su capítulo documenta también los grandes cambios ocurridos
y por ocurrir y la gran diversidad en las tendencias demográficas del Istmo; y
se esfuerza por vincular estos cambios con condiciones socioeconómicas
generales de desarrollo, empleo y pobreza.
Seis
capítulos analizan el tema de la familia desde diferentes perspectivas.
El ensayo de Sergio Reuben es una reflexión sobre la influencia en la
familia de los cambios socioeconómicos contemporáneos y la necesidad de
intervención del Estado. Teresa
Castro, Karen Glaser y Julieta Quilodrán et al. abordan, en sendos capítulos,
un aspecto de la organización familiar peculiar desde hace décadas en América
Latina: la unión consensual. Estos tres estudios describen la importancia y características
de la unión consensual en la región, así como algunos de sus orígenes y de
sus consecuencias. Budowski y
Rosero-Bixby tocan un tema poco conocido, pero que puede ser de gran relevancia
para las políticas sociales y de población: la elevada proporción de
nacimientos que se registran sin el reconocimiento del padre.
Este es un primer acercamiento para caracterizar el problema e
identifican algunas de sus probables causas.
Nugent y Gómez abordan un tema central en poblaciones que están a las
puertas de un envejecimiento acelerado, el de las expectativas de que los hijos
ayuden a sus padres en la tercera edad.
La
tercera parte del libro está dedicada a las migraciones internacionales.
Los movimientos migratorios dentro y a través del Istmo tienen una larga
historia desde tiempos precolombinos. Empero,
el fenómeno ha cobrado visibilidad en años recientes por la afluencia masiva
de migrantes centroamericanos a los Estados Unidos, los flujos hacia ciertos
focos de atracción dentro de la región (Costa Rica y Belice, principalmente),
el retorno de algunos migrantes a su lugar de origen y las remezas a los países
de orígen. El capítulo de Edward Funkhauser demuestra la existencia de
una importante fuga de cerebros de centroamericanos a los EEUU y analiza algunas
de sus posibles consecuencias. Manuel
Castillo utiliza varias fuentes de datos de los EEUU y la frontera con México,
para identificar algunos de los rasgos distintivos de la migración de
centroamericanos a ese país. Houser
y Lovell presentan los resultados de un estudio cualitativo, que da una imagen
de primera mano de los efectos y rasgos distintivos de la migración circular y
el envío de remezas en una comunidad rural de Guatemala. Rosales y colaboradores presentan importante información de
la encuesta de demografía y salud de Nicaragua, 1998, para caracterizar los
emigrantes de ese país a los EEUU y a Costa Rica. Dolores Puga analiza un flujo migratorio muy peculiar pero
que puede ser de gran impacto económico en los países de la región: el de los
jubilados, principalmente norteamericanos, en Costa Rica.
El
libro incluye dos estudios de un aspecto que lamentablemente ha cobrado
importancia en la región en las últimas décadas: la violencia.
El estudio de los politólogos Seligson y Azpuru ilustra las dimensiones
y el impacto de la delincuencia en la población guatemalteca.
Este es un estudio de las percepciones de la violencia en la población,
basado en encuestas de opinión. David
Morán analiza otro aspecto de la violencia, el impacto de la guerra civil en El
Salvador sobre los flujos migratorios internos, con base en información del
censo de población de ese país.
En
la ultima parte del libro se incluyen dos estudios de la relación población y
medio ambiente, un tema central para la emergente preocupación por la
conservación de los recursos naturales y el desarrollo sostenible.
Ambos estudios se refieren a ecosistemas específicos dentro de Costa
Rica y Guatemala: la Península de
Osa y el Petén, respectivamente. El
Estudio de Rosero Bixby, Maldonado y Bonilla, utiliza la tecnología de los
sistemas de información geográfica e imágenes de satélite para mostrar el
impacto que ha tenido el poblamiento de la Península de Osa en procesos
recientes de deforestación, fragmentación y reforestación.
David Carr analiza los cambios en el uso del suelo y su posible impacto
en la tala del bosque, en una muestra de pobladores del Peten.
Este estudio es útil para ilustrar algunos de los mecanismos de la
relación entre población y bosque.
Los
dieciséis capítulos de este volumen son aportes de profesionales de diversas
disciplinas, incluyendo demógrafos, sociólogos, economistas, geógrafos,
antropólogos, estadísticos y politólogos.
Esta colaboración multidisciplinaria da diversidad y colorido al
volumen. Las fuentes de datos
utilizadas y métodos de análisis también son muy variados.
Van desde las entrevistas en profundidad y discusiones de grupo a
encuestas probabilísticas y censos, pasando por registros vitales e imágenes
de satélite. Casi todos los
estudios tienen un fuerte componente de validación empírica.
Algunos análisis son fundamentalmente descriptivos para caracterizar una
situación determinada y otros tienen un alto grado de sofisticación en procura
de identificar relaciones causales. En
general, el libro muestra un importante progreso de los estudios de población
de la región en cuanto al planteamiento de preguntas de investigación, a las
fuentes de información utilizadas y al rigor de la aplicación del método
científico. El libro también
sirve para mostrar los vacíos en el conocimiento y las limitaciones de la
investigación en población, entre las que destaca la desigual cobertura geográfica.
LUIS ROSERO-BIXBY
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