Introducción del implante anticonceptivo en Tailandia: Su costo y efecto en el uso de métodos anticonceptivos

Por Barbara Janowitz, Kanchana Kanchanasinith, Nanta Auamkul, Pornsinee Amornwichet, Kusol Soonthorndhada y Robert Hanenberg

 

 

Barbara Janowitz es la directora de la División de Investigación sobre Provisión de Servicios (Service Delivery Research División) de Family Health International (FHI), con sede en Research Triangle Park, N.C. Kanchana Kanchanasinith es directora del Centro Regional de Promoción de la Salud (Regional Health Promotion Center), de la Región I de Bankok, Tailandia. Nanta Auamkul es especialista de alto nivel sobre salud pública en la Oficina del Secretario Permanente del Ministerio de Salud Pública de Bagkok. Pornsinee Amornwichet es el jefe de la Sección de Investigación y Evaluación (Research and Evaluation Section) en la División de Salud Familiar del Ministerio de Salud Pública, Kusol Soonthorndhada es profesor adjunto del Instituto de Población e Investigación Social (Institute for Population and Social Research) de la Universidad de Mahidol en Bangkok. Robert Hanenberg es un investigador clínico de FHI. FHI proporcionó apoyo parcial al trabajo descrito en este artículo, con fondos de la Agencia de EUA para el Desarrollo Internacional (USAID). Las opiniones expresadas no necesariamente reflejan las del organismo financiador.

Un proyecto piloto para estudiar las consecuencias de proporcionar implantes hormonales anticonceptivos, dentro del Programa Nacional de Planificación Familiar de Tailandia, comparó 11 hospitales en los que las enfermeras habían sido capacitadas para poner el implante, con otros 11 que formaban parte del grupo testigo. En los primeros, las enfermeras proporcionaron implantes a un promedio de 38 aceptantes del método por mes, por hospital, durante los seis meses siguientes a su capacitación, comparado con el promedio, por hospital, de sólo ocho aceptantes por mes en los hospitales testigos. Sin embargo las entrevistas con 550 aceptantes del implante indican que el 96% hubieran aceptado otro método moderno de no haber estado este a su disposición. Por otra parte en la mayoría de los casos el costo de protección contra el embarazo por pareja, por año, es más alto con el implante que con el DIU o los métodos hormonales inyectables. Por ejemplo, el costo de tres años de protección para una pareja es aproximadamente US$9.40 en el caso del implante, comparado con unos $5.00 por los anticonceptivos inyectables, y alrededor de $1.40 por el DIU. Por lo anterior, la introducción del implante, o la ampliación considerable de su uso en Tailandia costará más que extender el uso del DIU o de los anticonceptivos inyectables. Aunque el implante puede convertirse en un método importante en Tailandia, el programa nacional tendrá que elegir entre gastar una porción creciente de sus recursos en el mismo, cobrar más a los usuarios, o racionar su uso por medios administrativos. (International Family Planning Perspectives, 20:131-136, 1994)

Uno de los principios aceptados por muchos programas de planificación familiar es que añadir nuevos métodos eleva el uso de los anticonceptivos. Tailandia ha introducido muchos de los nuevos métodos de planificación familiar (y formas innovadoras de proporcionarlos), con objeto de aumentar dicho uso. Normalmente los métodos han sido introducidos a nivel nacional después de llevar a cabo un proyecto piloto con un grupo pequeño de población.

Este artículo describe un programa piloto que se refiere principalmente a los pormenores prácticos de la introducción en Tailandia del implante anticonceptivo subdermal conocido por el nombre de Norplant®, como la capacidad de las enfermeras para poner el implante y los índices de infección e irregularidades en la menstruación a que dio lugar. El Programa Nacional de Planificación de Tailandia también estaba interesado en dos importantes temas normativos: cuánto ayudaría el implante a incrementar el uso de anticonceptivos en el país, y a qué costo.

Información general

El Programa de Planificación Familiar

Dicho programa comenzó a funcionar oficialmente en 1970, cuando la prevalencia de anticonceptivos era alrededor de 14% (Cuadro 1, página 132), y la tasa total de fecundidad aproximadamente 5,5 partos por mujer durante su vida. Veinte años después, el coeficiente de uso era 69% y la tasa total de fecundidad 2,2 partos por mujer. Desde el comienzo del programa los métodos anticonceptivos utilizados en Tailandia han sido principalmente los modernos. Como puede verse en el Cuadro 1, la píldora y la esterilización representan por lo menos dos terceras partes del uso de anticonceptivos desde que se ha venido recogiendo información sobre su uso. Dicho porcentaje es similar al de muchos países desarrollados. Para 1991, el 51% de las mujeres tailandesas casadas entre las edades de 15 y 44 años utilizaban dichos métodos (lo que representa casi tres cuartas partes de todas las usuarias de métodos anticonceptivos en el país). Con el paso de los años, pequeñas proporciones de mujeres han utilizado otros métodos, como el DIU y los inyectables. El porcentaje de estos últimos (los inyectables) creció considerablemente durante los años 80. (Tailandia, junto con Indonesia, es uno de los pocos países de Asia donde ha tenido éxito la promoción de este método).

A veces se mencionan cuatro factores para explicar el alto grado de prevalencia de métodos anticonceptivos y el hecho de que la mayoría de ellos son suministrados por establecimientos gubernamentales.* Un factor es que durante los años 60 y 70 se construyeron nuevos establecimientos de sanidad en todo el país, que se volvieron más accesibles a medida que se amplió la red de carreteras. El sistema cuenta con 8.097 centros de salud locales (donde pueden obtenerse condones, píldoras, DIU y anticonceptivos inyectables) y 671 hospitales comunitarios (donde se ofrecen todos los métodos, incluida la esterilización quirúrgica). El número de centros de salud por persona en Tailandia es aproximadamente uno por 7.200, un índice excepcionalmente bajo comparado con otros países en desarrollo.

El segundo factor que ha facilitado el acceso a los servicios anticonceptivos es que el gobierno permite que las enfermeras y parteras suministren las píldoras, coloquen los DIU y pongan los inyectables. Las enfermeras y parteras recibieron autorización para recetar la píldora en 1971, lo que constituyó una gran innovación en aquel entonces, y en 1972 las primeras podían colocar el DIU. En 1976 se permitió, tanto a las unas como a las otras, poner los inyectables; en 1979 se autorizó a voluntarios en las aldeas a que distribuyeran píldoras, y en 1981 las parteras podían colocar el DIU. Esta política ha multiplicado el número de establecimientos de salud donde pueden obtenerse métodos anticonceptivos.

El tercer factor es que el Plan Nacional de Planificación Familiar proporciona métodos anticonceptivos a la gente pobre, ya sea gratuitamente o a un costo altamente subvencionado. La cuarta característica del programa es que ofrece una amplia selección de métodos. Incluso antes de que el Programa comenzara oficialmente en 1970, los principales hospitales suministraban píldoras, DIU e inyectables. La política de ofrecer los principales métodos anticonceptivos continúa siendo una de las bases del programa. La laparoscopia y la minilaparotomía fueron introducidas en 1973 y los inyectables en 1974, mucho antes de que se ofrecieran en otros países de Asia. Como indica el Cuadro 1, Tailandia usa todos los principales métodos anticonceptivos. La diversidad de métodos se considera una de las más completas en Asia y solamente ha sido igualada por la República de Corea.

Cuadro 1. Porcentaje por año de mujeres casadas, de 15 a 44 años de edad, que están usando un método anticonceptivo. Tailandia 1969 a 1991

Método

1969-1970

1972-1973

1975*

1978-1979†

1981

1984

1987

1991

Cualquier método

Esterilización de la mujer

Esterilización del hombre

Píldora

Inyectable

DIU

Condones/otro tipo ÷

14

5


2


4

0

2

1

26

6


3


11

1

5

1

33

6


2


14

2

6

3

53

13


3


22

5

4

6

59

19


4


20

7

4

5

65

24


4


20

8

5

4

68

22


6


20

9

7

3

69

24


3


24

12

5

2

*Edades de 14 a 49 años. † Excluye áreas urbanas en las provincias. ÷Incluye los métodos d4e ritmo, retiro del pene, abstinencia y los métodos femeninos de barrera. Fuentes –de 1969-1970 a 1987: División de Población de las Naciones Unidas, 1991 World Contraceptive Use Data Diskettes, Nueva York, sin fecha; 1991: Oficina Nacional de Estadística, Informe de Encuesta sobre el Cambio Demográfico, Oficina del Primer Ministro, Bangkok, 1991, Cuadro 11.

 

Introducción de los implantes

El Plan Nacional de Planificación Familiar ha venido utilizando un enfoque estándar para introducir nuevos métodos anticonceptivos y autorizar nuevas categorías de personal a que lo dispensen. Primero se introduce el método o la técnica en un grupo pequeño de población, y se analizan los resultados; y luego, dependiendo de éstos, se amplía el uso del método o técnica al programa nacional.

Uno de los últimos proyectos pilotos ha sido la puesta a prueba de los implantes subdermales de hormonas. Dicho método se introdujo por primera vez en el programa en 1981, en pruebas clínicas con un pequeño número de mujeres. En 1985, el Plan Nacional extendió su disponibilidad a nivel nacional. Sin embargo, el alto impuesto de importación sobre el implante limitó el número de los que se podían comprar, por lo que se ofrecen solamente en áreas montañosas aisladas y a las mujeres musulmanas en el sur que no quieren esterilizarse. De momento sólo los médicos están capacitados para ponerlo.

En 1990 se dispuso de fondos adicionales para la compra del método y el Plan Nacional hizo un proyecto piloto formal con objeto de evaluar la posibilidad de que fuera colocado por enfermeras. Dicho programa se llevó a cabo en 11 hospitales. El principal fin fue estudiar la eficacia de la capacitación, ver los problemas que surgían en la inserción, así como las complicaciones ulteriores (incluidas infecciones e irregularidades en el ciclo menstrual), y observar cuántas solicitudes de retiro del implante se recibían al cabo de un año.

Asimismo los funcionarios del Plan Nacional estaban interesados en dos temas especiales de carácter normativo: el efecto del implante en los niveles de uso de métodos anticonceptivos y su costo, y la eficacia en función de costo, en comparación con el DIU y los inyectables. Se utilizaron estos dos métodos para comparación por dos razones: Ambos actúan a largo plazo (aunque los inyectables tienen que volver a ponerse), y el DIU se dispensa en buena parte en los hospitales, que es también donde se coloca el implante.*

En este momento uno de los objetivos del Programa de Planificación Familiar de Tailandia es incrementar el uso de anticonceptivos, del porcentaje actual de 67% a 77%. Se cree que la introducción de nuevos métodos aumentará su uso, ya sea debido a un aumento en la perseverancia o a la adición de nuevas usuarias que no hubieran aceptado ningún método de no encontrarse este disponible. Asimismo el Plan Nacional estaba preocupado por el continuo declive en la aceptación de la píldora y el DIU. En 1988, una encuesta de seguimiento de las aceptantes de ambos métodos indicó que el índice de perseverancia en el método al cabo de un año en el caso de la píldora había bajado (de 64% en 1979) a 58%, y en el caso del DIU de 80% a 76%.
La segunda pregunta de importancia para el establecimiento de políticas es el costo del implante. El Plan Nacional recibe asignaciones presupuestarias para cosas como personal y anticonceptivos. Debido a que el implante es un método caro (el implante en sí es mucho más caro que el DIU), existía la preocupación de que el costo del programa de planificación familiar aumentara con su introducción. Dados los limitados recursos para planificación familiar, dicho costo tiene que sopesarse con los beneficios previsibles en el aumento de los niveles de uso de anticonceptivos. El costo para las usuarias es bajo, porque una vez insertado dura cinco años, pero el alto costo del programa puede llevar a reducir la disponibilidad de otros servicios.

Metodología

Uso y perseverancia en el método

El proyecto piloto introdujo el implante en 11 hospitales de distrito, que aquí se denominan el grupo del estudio. También hubo un grupo testigo formado por hospitales en otros 11 distritos que no recibieron especial capacitación sobre la colocación del método. Los hospitales de ambos grupos estaban en igualdad de condiciones, en términos de uso de anticonceptivos y el número anual de clientes de planificación familiar que tenían. Cada grupo constaba de cuatro hospitales en el noreste, cuatro en el norte y tres en el sur. (Se incluyeron cuatro hospitales en el sur, en un principio, pero la enfermera del hospital del estudio se enfermó durante la capacitación, por lo que se redujo a 3 el número de hospitales, tanto en el grupo del estudio como en el grupo testigo).

Se capacitó a enfermeras en los 11 hospitales del grupo para que colocaran el implante. (Los médicos también fueron capacitados, pero en todos los hospitales, tanto del estudio como del grupo testigo, los médicos que habían sido capacitados con anterioridad para colocar el implante generalmente estaban demasiado ocupados para proporcionar servicios de planificación familiar.) Las enfermeras recibieron una versión ampliada del programa de capacitación para médicos del Plan Nacional, que consistió en tres días de teoría y cuatro de práctica. En las sesiones de teoría tuvieron lecciones sobre la anatomía del brazo y se les dió información general sobre los implantes subdermales, aparte de enseñarles cómo quitarlo y ponerlo, y la forma de asesorar a las usuarias. En las sesiones de práctica observaron una demostración de la colocación del implante, vieron una cinta vídeo, y probaron a hacer la inserción en pollos muertos. Cada una de las enfermeras practicó 5 veces a poner el implante, y cuatro a quitarlo. Se las evaluó basándose en sus respuestas a cuestionarios y por la observación de los instructores.
Por un periodo de seis meses después de la capacitación (de junio de 1991 a diciembre de 1991), se obtuvieron estadísticas de servicio de los hospitales de ambos grupos sobre las nuevas aceptantes y las usuarias que perseveraban en el método y volvían a renovarlo; y también se recogieron estadísticas del mismo período de seis meses del año anterior (de junio de 1990 a diciembre de 1990). Lo ideal hubiera sido que el implante sólo hubiera estado disponible en los hospitales del estudio, pero por ese tiempo el Plan Nacional aumentó considerablemente sus compras del implante; por ello el presente artículo no compara los hospitales que ofrecían o no el implante, sino los que tenían enfermeras capacitadas y los que no las tenían.
Se entrevistó a las primeras 50 aceptantes en cada uno de los 11 hospitales del grupo del estudio. Para determinar el impacto del implante en el uso de anticonceptivos les preguntamos si usaban algo anteriormente, y qué método hubieran usado de no disponer del implante. Para determinar si su elección se debía a que no estaban satisfechas con un método anterior, examinamos las razones por las que las mujeres no quieren continuar usando su método actual o el último utilizado.
Debido a que la tasa de fecundidad en Tailandia es muy baja en el presente, muchas mujeres completan su familia antes de cumplir los treinta años, y algunas pueden pensar que son demasiado jóvenes para esterilizarse. Las autoridades del Plan Nacional esperaban que iba a haber "considerable demanda de Norplant entre las mujeres que no se deciden por la esterilización y no están satisfechas con los métodos anticonceptivos a su disposición"; en otras palabras, esperaban que el implante fuera atractivo para parejas en un grupo demográfico específico. Con el fin de averiguar si había una demanda del implante, se examinaron las características demográficas de las aceptantes y su deseo de tener hijos en el futuro.

Costo

Para contestar preguntas sobre costo calculamos el costo por pareja, por año de protección con el implante, el DIU y un anticonceptivo inyectable. Dicho costo incluye datos sobre los servicios de planificación familiar, la frecuencia de las visitas de las usuarias y el promedio de tiempo que usan el método.

El costo de un servicio de planificación familiar depende del método y del tipo de visitas que se hagan. Identificamos tres tipos de visitas específicas: aceptación, seguimiento y abandono del método. Las usuarias del implante y del DIU hacen los tres tipos de visitas, pero las de los anticonceptivos inyectables pueden abandonar el método simplemente dejándose de presentar a la próxima inyección. Calculamos el costo para las tres combinaciones de métodos y tipos de visitas (todas las posibles combinaciones de visitas excepto por las de abandono del método en el caso de las usuarias de anticonceptivos inyectables).
Como el propósito del estudio era evaluar la decisión del Plan Nacional de proporcionar el implante, incluimos sólo el costo que suponía para dicho Plan, y no se tuvo en cuenta el costo para la usuaria (incluido el viaje y el tiempo). Asimismo, solamente se consideró pertinente averiguar el costo adicional o marginal del servicio, porque el programa ampliado de los implantes fue llevado a cabo en el contexto preexistente del hospital. Por ello se obtuvo información únicamente sobre los costos de las variables, incluido el costo del método y los materiales relacionados con el mismo, y el valor del tiempo dedicado por los proveedores del servicio.
Calculamos el costo laboral usando un análisis modificado del flujo de pacientes; se anotaron los minutos que una muestra de mujeres pasaban con los proveedores del servicio en cada tipo de visita. Dichos proveedores también añadieron el tiempo que utilizaban en la preparación de la visita y en la limpieza. Se utilizaron los datos sobre salarios y prestaciones proporcionados por los hospitales en el estudio para calcular el costo por minuto, por cada proveedor del servicio. En cada tipo de visita, se calculó el costo laboral multiplicando el costo por minuto de servicio por el número de minutos (la consulta entre la usuaria y el proveedor, más el tiempo de preparación y de limpieza).
El costo del DIU y del implante es el mismo en las visitas de seguimiento, lo que se multiplica por el número de visitas de este tipo que tienen lugar durante el uso del método. Para determinar el promedio de visitas de seguimiento hechas por las usuarias del DIU, tomamos una muestra de los registros de los hospitales correspondientes a mujeres que habían aceptado dicho método con un año de anterioridad por lo menos. Se calculó el promedio de visitas de seguimiento en el primer año y la proporción de mujeres que hizo una visita al finalizar el año. Dimos por sentado que las usuarias que hicieron una visita al concluir el primer año harían otra al final del segundo año y en los años sucesivos.
Los registros del hospital relativos a las usuarias de implantes eran escasos debido a que el Plan Nacional acababa de ofrecer el método. Supusimos que el patrón de visitas de seguimiento entre las usuarias del DIU sería aproximadamente el mismo que para las que aceptaron el implante, dado que los dos métodos tienen características similares. Finalmente calculamos los costos por diferentes períodos de uso, para poder hacer comparaciones de costo por pareja, por año, correspondientes a las diferentes duraciones de uso.

Cuadro 2. Promedio mensual de nuevas usuarias y de las que continúan renovando el mismo método, por grupo de investigación, período y método. Junio de 1990 a dicimebre de 1991 (N=550)

Método y tipo

Grupo del estudio

Grupo testigo

 

Antes de la capacitación*

Después de la capacitación†

Antes de la capacitación*

Después de la capacitación†

Promedio

Implante

Nuevas usuarias

Píldoras

Nuevas usuarias

Usuarias que perseveran

Inyectables

Nuevas usuarias

Usuarias que perseveran

DIU

Nuevas usuarias

Esterilización ÷

Nuevas usuarias

Condones

Nuevas usuarias

Usuarias que perseveran

168.8

 

1.3

 

8.0

67.3

 

9.7

44.8

 

11.2

 

13.6

 

3.4

9.5

187.2

 

37.7

 

7.1

54.7

 

11.5

43.6

 

9.3

 

13.5

 

2.9

6.9

175.8

 

0.2

 

8.0

57.8

 

14.0

67.5

 

6.2

 

13.3

 

1.2

7.6

181.2

 

8.2

 

5.7

57.8

 

14.8

68.4

 

9.5

 

12.1

 

0.5

4.2

*Junio de 1990 a diciembre de 1990. †Junio de 1991 a diciembre de 1991. ÷Hombres y mujeres

 

Resultados

Impacto sobre el uso y perseverancia en el método

El Cuadro 2 muestra los métodos anticonceptivos y servicios proporcionados por los hospitales del grupo del estudio durante los seis meses después de la capacitación, y en el mismo período de seis meses del año anterior, así como los relativos a los hospitales en el grupo testigo (en que sólo los médicos estaban capacitados para poner el implante). Los hospitales en el grupo testigo atendieron aproximadamente a 4% más clientes antes de la capacitación que los hospitales del grupo del estudio. También hubo algunas diferencias en la variedad de métodos ofrecidos, ya que los hospitales en el grupo del estudio suministraban más píldoras y DIU, y menos anticonceptivos inyectables, que los del grupo testigo.

El programa de capacitación parece haber tenido un gran impacto en la prevalencia de los implantes. En los hospitales donde los servicios eran proporcionados sólo por los médicos, que no estaban muy envueltos en el programa de planificación familiar, el número mensual de aceptantes paso de cero a 8% por hospital; pero en los lugares donde se capacitó a las enfermeras, el número de aceptantes por mes aumentó de uno a 38%, por hospital. Dicho porcentaje es el promedio de colocaciones de implantes por hospital, por mes, en un período de seis meses; el número total de colocaciones de implantes en los 11 hospitales del grupo del estudio después de la capacitación fue de aproximadamente 2.500. El número total de mujeres que recibieron un método anticonceptivo en los hospitales del grupo del estudio aumentó en 10%, comparado con un aumento del 3% en los hospitales del grupo testigo.
¿Hasta qué punto el implante reemplazó a otros métodos? En el grupo del estudio el promedio de clientes por mes fue aproximadamente 169 por hospital antes de la capacitación, y 187 por hospital después de la misma, lo que representa un aumento total de 18 usuarias por hospital; sin embargo, el número de aceptantes del implante aumentó en 36 por hospital, por mes, por lo que el número de usuarias de otros métodos parece haber disminuido en unos 18 por hospital. En el grupo testigo, el abastecimiento mensual de todos los métodos aumentó en un promedio global de cinco clientes por hospital, lo que representa un aumento de ocho en las usuarias de implantes y una reducción de tres en las de otros métodos.
Debe señalarse que el número de aceptantes del DIU disminuyó en el grupo del estudio y aumentó en el grupo testigo. En el grupo del estudio, el número mensual de aceptantes se redujo de 11,2 a 9,3 por hospital. Es decir que en los seis meses de duración del estudio hubo 125 menos usuarias del DIU (lo que significa una reducción de 1,9 por hospital, por mes, multiplicado por los 11 hospitales y por seis meses). El número de usuarias del DIU en los hospitales del grupo testigo aumentó en 218 (3,3 x 11 x 6). Estos resultados sugieren que al menos algunas de las aceptantes del implante en el grupo del estudio hubieran aceptado un DIU de no disponer del implante.
¿Se registró un aumento inmediato en la prevalencia de métodos anticonceptivos? Aunque estos datos muestran la popularidad del implante, no nos indican si hubo un incremento en el uso entre la población en general atendida por estos hospitales, ya que algunas de las aceptantes podían haber obtenido el método con anterioridad de otra fuente.
Para poder evaluar mejor el impacto que la disponibilidad del implante tuvo en la prevalencia de métodos anticonceptivos en el país, examinamos la decisión a este respecto por parte de las aceptantes del mismo. De las 550 mujeres entrevistadas que aceptaron el implante, 71% habían usado un método anticonceptivo durante el mes anterior a la colocación del implante, 17% habían usado algún otro método en el pasado, y 11% nunca usaron métodos anticonceptivos. De las 492 mujeres que habían usado un método con anterioridad, el 50% había usado la píldora, el 33% anticonceptivos inyectables, el 10% el DIU, y el porcentaje restante los métodos de barrera, ritmo, retiro del pene (o no se acordaban del método que habían utilizado).
Hay que preguntarse si las que no habían utilizado ningún método con anterioridad hubieran aceptado otro, de no haberles ofrecido el implante. Las 58 mujeres que nunca habían usado un método anticonceptivo eran más jóvenes y habían tenido menos hijos que el resto; en otras palabras, tenían las características típicas de las nuevas aceptantes (no se incluyen). Cuando se les preguntó que por qué no usaron un método anticonceptivo en el mes antes de colocarles el implante, el 56% dijeron que acababan de parir y el 16% que estaban amamantando, por lo que aparentemente estas mujeres apenas comenzaban a estar en condiciones de usar un método anticonceptivo.

Cuadro 3. Porcentaje de distribución de las aceptantes del implante, clasificadas por el método que hubieran elegido de no tener a su disposición este último, y el método que usaron en el pasado

Método

Total

(N=550)

Nunca usaron

(N=58)

Habían usado

(N=492)

Inyectables

Fíldora

DIU

Condones

Esterilización

Ritmo/retiro del pene

Otros/no saben cuales

Ninguno

Total

48

31

13

3

2

1

1

2

100

55

19

19

3

0

2

0

2

100

48

32

12

3

2

1

1

2

100


De hecho cuando se les preguntó qué método hubieran usado de no existir el implante, el 96% de las que nunca habían usado nada contestaron que otro método moderno (Cuadro 3), lo que representa la misma proporción que las que habían utilizado un método con anterioridad. Hubo alguna diferencia entre los dos grupos en cuanto al tipo de método que dijeron que hubieran seleccionado de no tener acceso al implante. Comparando las que nunca habían usado nada con las que habían usado algún método en el pasado, las primeras tendían a nombrar con mayor frecuencia los inyectables (55% comparado con 48%) y el DIU (19% comparado con 12%), y las segundas la píldora (32% comparado con 19%). Ninguna de las mujeres que comenzaban a utilizar métodos anticonceptivos hubiera elegido la esterilización, y sólo el 2% de las que habían utilizado un método en el pasado lo hubieran hecho.

¿Cuáles son las características de las mujeres que eligieron el implante? Al igual que casi todas las mujeres tailandesas, la mayoría de las aceptantes del implante (80%) sólo habían asistido a la escuela primaria. Casi las dos terceras partes tenían dos o más hijos, pero más de una tercera parte solamente tenía uno. La edad promedio era 28 años, lo que es similar al promedio de edad de las mujeres tailandesas cuando se someten a la esterilización.
Más de la mitad de las que aceptaron el implante no quería más hijos, pero ninguna de ellas estaba lista para esterilizarse. Aunque la esterilización es un método bastante extendido en Tailandia, aparentemente hay un grupo considerable de mujeres jóvenes que no quieren más hijos, pero todavía no están dispuestas a esterilizarse. Otro grupo importante de usuarias son mujeres que desean más hijos pero quieren posponer su próximo embarazo. Los directores del Plan Nacional de Planificación Familiar pensaron que el implante satisfacería la necesidad de las mujeres jóvenes con un hijo que no desean tener más pero piensan que es demasiado pronto para esterilizarse. Este grupo era pequeño. Sólo 12% de las mujeres con un hijo dijeron que no querían otro, y una tercera parte de las que tenían dos deseaban otro más.
Hubo una fuerte demanda del implante durante el período del estudio, pero parte del incremento en la aceptación en los hospitales del grupo del estudio puede haberse debido al entusiasmo de las enfermeras recién capacitadas. El 28% de las aceptantes del implante se enteraron de la existencia del método a través de personal del hospital, mientras que el 41% ya habían sido informadas por otras usuarias (amigas y familiares) antes de ir al hospital, y el 28% supo del método por personal de los hospitales donde las enfermeras no habían sido capacitadas, o por otro personal sanitario.
Estos datos indican que algunas mujeres podían haber hecho una visita especial a los hospitales donde las enfermeras recién capacitadas ponían los implantes. De hecho casi el 60% de las mujeres dijeron haber ido al hospital específicamente para ponerse el implante, y sólo el 38% dijeron que estaban en el hospital porque ahí era donde normalmente recibían atención médica.

Costo del implante comparado con otros métodos

Dado que el implante puede que sustituya en parte a la píldora, los inyectables y el DIU, especialmente si se proporciona a precios subsidiados, es importante considerar las implicaciones financieras de su uso generalizado. Algunas pueden estudiarse usando información obtenida de entrevistas con las mujeres que aceptaron dicho método. Cuando el gobierno añadió el implante a su programa, parece ser que aumentó el número de aceptantes que recibieron servicios en el sector público. Entre las mujeres que habían usado anticonceptivos antes de recibir el implante, el 42% obtuvieron su método del mismo hospital donde les pusieron el implante, el 36% lo recibieron de un centro de salud y el 18% de una farmacia o clínica privada. Por lo tanto una de cada cinco usuarias que habían comprado su método anterior al precio del mercado lo estaban obteniendo en la actualidad a precios subsidiados.

¿Cuánto pagaron las mujeres por el implante? Más de la mitad (53%) no pagó nada. La proporción de pacientes previamente atendidas por hospitales y centros de salud que obtuvieron el implante gratuitamente fue de 56 a 57%; 47% las mujeres que habían comprado anticonceptivos con anterioridad en el sector privado a precios de mercado, tampoco pagó nada. El precio máximo pagado por el implante fue US$8, lo que es congruente con la filosofía del Plan Nacional, que tiene por objeto proveer métodos anticonceptivos a bajo precio para aumentar su uso.
El precio de un juego de implantes es $23, pero se eleva a $35 debido al impuesto de importación (que paga el Plan Nacional). (El impuesto no le cuesta nada al Gobierno tailandés a fin de cuentas, porque viene siendo una transferencia de fondos de una parte del gobierno a otra, pero sí afecta el presupuesto del Plan Nacional de Planificación Familiar.) Aparte del impuesto de importación, el costo del implante para el Plan Nacional depende del costo de las visitas en general y del número de visitas de seguimiento.

 

Cuadro 4. Costo marginal (en dólares estadounidenses) de la provisión de anticonceptivos por tipo de costo, método y clase de visita

Método y visita

N

Total

Materiales

Costos de personal

El método en sí

Implante

Aceptación

Seguimiento

Abandono

DIU

Aceptación

Seguimiento

Abandono

Inyectables

Aceptación

Seguimiento

 

100

104

19

 

93

88

63

 

100

110

$25.47

0.24

2.46

 

2.64

0.60

0.81

 

1.45

1.24

$1.44

0.00

1.55

 

0.91

0.30

0.47

 

0.32

0.32

$1.03

0.24

0.91

 

0.61

0.30

0.34

 

0.42

0.21

$23.00

nc

nc

 

1.12*

nc

nc

 

0.71

0.71

*Excluye impuestos de importación. Nota "nc" significa no corresponde

 

El Cuadro 4 presenta información sobre el costo relacionado con las visitas que tienen lugar en los tres métodos. El costo de la visita de aceptación es mucho mayor para el implante ($25.47) que para el DIU ($2.64) o los anticonceptivos inyectables ($1.45). Este costo superior refleja el costo del implante en sí; el costo del personal es bajo, porque los salarios de las enfermeras (las principales proveedoras de servicios sanitarios) son bajos.

Los costos de las visitas de seguimiento son relativamente bajos, aunque la razón entre el costo de éstas y las visitas de aceptación es más alto en el caso de los anticonceptivos inyectables que para cualquiera de los otros métodos, debido a que hay que volver a inyectar. La información sobre el costo del abandono del implante se basa principalmente en casos de mujeres que pidieron que se les quitara el implante al cabo de cinco años de uso. La mitad de dichos casos fueron de un hospital. En general se calcula que el costo de la visita de abandono del implante es aproximadamente tres veces el del DIU.
El Cuadro 5 muestra el costo total de protección por pareja, por año, en el caso del implante, el DIU y los inyectables, por períodos de uso que varían entre uno y cinco años. En el DIU y el implante dicho costo disminuyó con el tiempo de uso; el costo de las visitas de seguimiento en ambos casos es muy inferior al de la visita de aceptación, aparte de que dichas visitas ulteriores raramente tienen lugar después del primer año de uso. (Nuestra revisión de los registros de hospital correspondientes a las usuarias del DIU mostró que hacían un promedio de una visita de seguimiento en los primeros 11 meses después de la aceptación del método, y aproximadamente el 10% hizo una visita al finalizar el primer año). La situación es diferente con los inyectables, pues las visitas posteriores cuestan ligeramente menos que la visita de aceptación, debido a que hay que volver a inyectar cada tres meses. Por ello el costo de protección por pareja, por año, para este método casi no se reduce con el tiempo. El costo del implante (por pareja, por año) fue mucho más alto que para el DIU en todos los períodos de uso; asimismo, comparado con los anticonceptivos inyectables, el implante cuesta mucho más si se usa por cortos períodos de tiempo, aunque por largos períodos es apenas algo más caro a los inyectables.
Si se incluyen los impuestos de importación, dicho costo aumenta en el caso del implante y el DIU. Los inyectables se fabrican localmente, por lo que no pagan aranceles de importación. Por ello los inyectables son el método menos costoso por cortos períodos de uso (no se muestran datos). Como dijimos, cuando se toman decisiones de asignación de fondos hay que ignorar el impuesto de importación, porque básicamente se trata de una transferencia de fondos. Pero, debido a que el costo de dichos impuestos lo cubre el Plan Nacional, probablemente habrá que tomarlo en cuenta en las decisiones sobre la adquisición del método. Es de esperar que el pago de los impuestos lleve a comprar anticonceptivos inyectables en vez de DIU e implantes.
¿Cuáles son las consecuencias de costo para el sector público si las mujeres optan por un implante en vez del DIU o anticonceptivos inyectables? Dicho costo aumenta si las mujeres abandonan los métodos de bajo costo (inyectables y DIU), y especialmente si pasan de proveedores privados al sector público. En el caso de las mujeres que han venido usando servicios del sector público, el costo para el gobierno es la diferencia entre el costo del implante y el del método utilizado anteriormente; pero si las usuarias proceden del sector privado, el incremento de costo para el sector público es el costo total relacionado con el implante.

Debate

Nuestro análisis de un estudio piloto sobre la aceptación del implante en Tailandia sugiere que la introducción de dicho método probablemente elevará ligeramente el nivel de uso de anticonceptivos a corto plazo. Si no se hubiera tenido acceso al implante casi todas las aceptantes del mismo en el proyecto piloto hubieran usado otro método. Sin embargo, la falta de satisfacción con su método actual también llevó a muchas mujeres a usar el implante. Si la satisfacción con el implante resulta ser mayor que con otros métodos, puede que las mujeres lo usen por más tiempo y que acabe elevando la prevalencia de anticonceptivos.


Cuadro 5. Costo (en dólares EE.UU.) de la provisión de un método anticonceptivo, por años-pareja de protección, según método

Años pareja protección (APP)

Implante

DIU

Inyectable

1

$28.18

$4.07

$5.17

2

14.10

2.06

5.07

3

9.41

1.39

5.03

3.5

8.07

1.20

5.02

5

5.65

0.86

5.00

Nota: Para el implante y el DIU se asume que se hace un promedio de 1.04 visitas por usuaria en el primer año y 0.91 por usuaria en años siguientes. Los costos también incluyen una visita de las usuarias tanto para el retiro del implante como del DIU. Se excluyen de los cálculos los impuestos de importación.

 

El implante atrajo a usuarias de diferentes características; es decir que no fue solamente usado por mujeres que ya habían completado su familia pero eran muy jóvenes para esterilizarse. Muchas de las que lo aceptaron querían tener más hijos. Entre ellas un considerable número había oído hablar del método y parece que hicieron un viaje especial a uno de los hospitales que lo proporcionaban. Dado que las enfermeras acababan de aprender a ponerlo, quizás hayan hecho un esfuerzo especial en su promoción; pero también solicitaban el implante mujeres en lugares donde no había enfermeras específicamente capacitadas para ponerlo.

La popularidad de este método aumentó también debido a que la mayoría de las mujeres pagaron muy poco o nada por él, especialmente teniendo en cuenta el costo y las molestias de usar otro método como la píldora o los inyectables por un período de cinco años. Incluso algunas mujeres que habían estado acudiendo al sector privado se pasaron al sector público. Desafortunadamente el costo del implante es muy superior al de los otros métodos, especialmente el DIU, por lo que su uso es sólo efectivo en función de costo si se le compara con los anticonceptivos inyectables, y sólo si el uso del implante no se abandona antes de terminar los 5 años. Si se introduce este nuevo método a gran escala y no se recorta el uso de otros servicios, el gasto que ello implica posiblemente obligue al Plan Nacional a plantearse difíciles decisiones económicas.

 

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