Tema 8: Lectura 1

¿Están tomando riesgos innecesarios con el VIH / SIDA los jóvenes en las Filipinas?

El primer caso de SIDA en las Filipinas fue diagnosticado en el año 1984. Desde entonces, el número de casos de SIDA y de infecciones con el VIH detectadas ha ido en aumento lento, pero continuo. Para finales de 1996, el Departamento de Salud había recibido notificación de 295 casos de SIDA y de 861 de infecciones con el VIH.  No obstante, la realización de exámenes al respecto ha sido limitada y, es indudable que el número de infecciones con el VIH es mucho más grande de lo que se ha notificado oficialmente.

Un estudio nacional sobre la Fertilidad y Sexualidad de Jóvenes Adultos (YAFS-II, por sus siglas en inglés) que se llevó a cabo en 1994 ofrece grandes aportes a la información disponible en relación con los factores de riesgo que podrían producir una seria epidemia del VIH / SIDA entre los jóvenes de las Filipinas. El estudio YAFS-II consistió en una encuesta de hogares que abarcó tanto a jóvenes varones como mujeres entre los 15 y 24 años de edad. Se entrevistó a un total de 10.879 jóvenes utilizando cuestionarios distintos para varones y mujeres y para los casados y solteros.

Poco conocimiento

El conocimiento del público en general sobre el SIDA es bastante alto, pero el conocimiento sobre la forma en la que se propaga el virus es, en cierta forma, bastante limitado. El 95 por ciento de los jóvenes entrevistados en la encuesta había oído del SIDA. Con base en la edad, el conocimiento general sobre el SIDA tendía a ser menor en las zonas rurales, entre los encuestados con menor nivel de educación y entre aquellos que no tenían exposición regular a los medios de comunicación.  Sin embargo, no hubo diferencias entre ambos sexos en lo que se refiere al conocimiento general sobre el SIDA.

Cuando a los encuestados que tenían conocimientos sobre el SIDA se les preguntó sobre la manera en la que se adquiría esta enfermedad, el 85 por ciento identificó de manera correcta por lo menos un modo sexual de transmisión del mismo y el 25 por ciento identificó de manera correcta por lo menos un modo de transmisión no sexual del mismo. El modo de transmisión que se mencionó con mayor frecuencia fue las relaciones sexuales comerciales, que fueron mencionadas por el 66 por ciento de estos encuestados. El 12 por ciento no pudo identificar ni un solo modo correcto de transmisión del mismo y el 26 por ciento de ellos ofrecieron por lo menos una respuesta incorrecta, como por ejemplo el besar a una persona infectada, el tener contacto con las pertenencias de una persona infectada con el virus, o el usar baños públicos.

Una evaluación general del conocimiento sobre el SIDA identificó cinco características relacionadas con un buen entendimiento del síndrome y de sus rutas de contagio y transmisión.  Entre ellos se encontraban: la edad, la salud de la familia, la educación, el ser soltero y los grupos de charlas.

Las charlas sobre el SIDA parecían ser un factor de importancia particular en la promoción del conocimiento sobre la enfermedad. Los jóvenes que habían hablado sobre el SIDA con tres personas distintas o más (tales como amigos, parejas, padres o maestros) tenían un entendimiento mucho mejor de la enfermedad que aquellos que conversaban al respecto con sólo un tipo de persona o que aquellos que nunca conversaron al respecto. Era mucho más probable que las mujeres hubieran hablado sobre el SIDA con una amplia variedad de personas—la mayoría de los jóvenes varones sólo habían hablado del tema con sus amigos varones.

La gran mayoría de los jóvenes sentía que ellos se encontraban a bajo o ningún riesgo de contraer una infección con el VIH.  Sólo el 12 por ciento pensaba que sí tenían algún tipo de riesgo personal. Parecía haber una asociación fuertemente percibida del VIH con las relaciones sexuales comerciales y con el tener múltiples parejas sexuales.  Los jóvenes no parecían darse cuenta de que el tener relaciones sexuales con el novio o la novia también conllevaba un riesgo potencial.  Incluso entre los hombres solteros que habían visitado a prostitutas durante los 12 meses previos a la encuesta y que no habían usado condones, sólo el 26 por ciento pensaba que era probable o muy probable que “alguien como ellos” pudiera quedar infectado con el virus.

 

Algunos jóvenes varones toman riesgos innecesarios

El riesgo de contraer el SIDA depende fundamentalmente de dos factores: la actividad sexual y el uso de drogas por inyección. En las Filipinas, la transmisión sexual es la preocupación más seria sobre el contagio de esta enfermedad.  La encuesta de YAFS-II mostró que pocos jóvenes de 15 ó 16 años de edad habían tenido relaciones sexuales, pero la actividad sexual aumentaba con la edad.  Entre los jóvenes de 24 años de edad, el 55 por ciento de los varones y el 23 por ciento de las mujeres habían tenido relaciones sexuales prematrimoniales.

La gran mayoría de los varones y las mujeres que tenían relaciones sexuales antes del matrimonio indicaron que su única pareja era su futuro cónyuge.  No obstante, era casi 20 veces más probable que los varones hubieran tenido relaciones sexuales antes del matrimonio que las mujeres, con por lo menos una pareja más. Los informes de haber tenido relaciones sexuales prematrimoniales tendían a ser mucho más altos entre los hombres que vivían en áreas urbanas y entre los hombres que tenían educación secundaria completa o educación universitaria.

Entre los hombres solteros, el 13 por ciento manifestó haber tenido sólo una pareja, un 10 por ciento indicó haber tenido dos o más parejas y el 3 por ciento indicó haber tenido cinco o más parejas. Entre los hombres casados, el 39 por ciento informó haber tenido por lo menos una pareja antes del matrimonio que no había sido su futura esposa y el 7 por ciento informó haber tenido cinco o más parejas antes del matrimonio.  Estudios de modelación han mostrado que incluso grupos tan pequeños de individuos sexualmente activos pueden acelerar grandemente la propagación del VIH.

Los hombres que visitan prostitutas se enfrentan a un riesgo especialmente alto de infección. En las Filipinas, las encuestas han detectado de manera esporádica bajos niveles del VIH entre las prostitutas, pero se espera que estos niveles aumenten en los próximos años.

El 8 por ciento de los varones entrevistados durante la encuesta de YAFS-II había visitado una prostituta en algún momento de su vida. El porcentaje que indicó haber pagado alguna vez para tener relaciones sexuales aumentaba de manera continua con la edad —de 0 por ciento a la edad de 15 años al 17 por ciento para la edad de 24 años. Era mucho más probable que los hombres en áreas urbanas hubieran visitado prostitutas que aquellos que vivían en zonas rurales y, además, era más probable que los varones con educación secundaria o con educación universitaria hubieran pagado por tener relaciones sexuales que los hombres que sólo tenía educación primaria.

 

Cuando los hombres toman riesgos innecesarios, ponen en riesgo a las mujeres

Parece que las jóvenes toman menores riesgos sexuales que los jóvenes. Entre las mujeres solteras, sólo el 2 por ciento informó haber tenido relaciones sexuales alguna vez y la gran mayoría de las mujeres casadas sólo había tenido relaciones sexuales con sus esposos.  Los resultados de la encuesta no mostraron ninguna diferencia en los niveles de actividad sexual prematrimonial entre las mujeres que viven en zonas urbanas y las que viven en zonas rurales o entre las mujeres con diferentes niveles de educación.

Dadas las diferencias existentes en las expectativas sociales con respecto a la mujer, es más probable que las mujeres den menos información en cuanto a sus experiencias sexuales prematrimoniales y extramatrimoniales. No obstante, incluso si se toma en cuenta esta tendencia, los resultados de la encuesta YAFS-II sugieren fuertemente que las mujeres solteras y casadas se encuentran en riesgo de contraer la infección del VIH principalmente a través de las actividades sexuales pasadas o actuales de sus respectivas parejas.

 

Pocos usan condones

Los resultados de la encuesta YAFS-II mostraron que el conocimiento sobre los condones es bastante alto en la población, pero que el uso real de condones es bajísimo.  Aunque la mayoría de los jóvenes estaba familiarizada con los condones en el contexto de la planificación familiar, sólo un poco más de la mitad de los jóvenes varones entrevistados sabía que el uso apropiado de los condones podía prevenir la transmisión del VIH.  Sólo el 23 por ciento de hombres casados o varones solteros sexualmente activos había usado un condón alguna vez.  Con respecto a esto, varios factores parecían estar asociados con el uso de condones:

 
    • Lugar de residencia: Los varones de zonas urbanas tenían mayores probabilidades de haber usado condones que los hombres de áreas rurales.
    • Nivel de educación:  Entre los varones de 23 y 24 años de edad, aquellos que por lo menos tenían educación universitaria tenían tres veces más probabilidades de haber usado condones que los hombres que sólo tenían educación primaria.
    • Educación sobre población en las escuelas:  Las clases de planificación familiar y de enfermedades de transmisión sexual tenían una fuerte influencia positiva en el uso de los condones.
    • Exposición regular a los medios de comunicación
    • Conocimiento del SIDA:  Los hombres con el mayor conocimiento sobre el SIDA tenían mayores probabilidades de haber usado condones que los hombres cuyos conocimientos sobre el SIDA eran bajos o moderados.

El uso de los condones tiene importancia particular para los hombres que visitan prostitutas.  Los varones que alguna vez habían pagado para tener relaciones sexuales tenían el doble de probabilidad de haber usado condones que los demás hombres, pero las tasas de uso de condones entre este grupo son todavía bastante bajas. Solamente el 27 por ciento de aquellos que han visitado a una prostituta recientemente informó haber usado condones todo el tiempo o la mayor parte del tiempo que tuvieron relaciones sexuales, el 20 por ciento informó haber usado condones algunas veces y el 50 por ciento indicó que nunca habían usado condones al tener relaciones sexuales.

En las Filipinas, los condones se pueden conseguir en las farmacias, supermercados y clínicas privadas. No obstante, en el momento de la encuesta, el programa gubernamental de planificación familiar tenía una política explícita en contra de proporcionar condones u otros tipos de anticonceptivos a las personas que no estaban casadas.  Al hacerles la pregunta durante la encuesta, casi todos los hombres sexualmente activos dijeron que sabían dónde podían conseguir condones.  La mayoría mencionó a las farmacias como una fuente, pero el 33 por ciento de los hombres casados y el 18 por ciento de los hombres no casados también mencionó como una fuente a los centros de salud del gobierno.

A los hombres se les preguntó cuánto tiempo de viaje les tomaba ir desde su casa a la fuente más cercana de condones. Así, no sorprende que los hombres que viven en zonas rurales informaron que les tomaba más del doble del tiempo de viaje (49 minutos) que el tiempo que les tomaba a los hombres que residen en zonas urbanas (22 minutos).  Tanto en las áreas urbanas como en las rurales, los hombres con sólo educación primaria informaron que les tomaba más del doble del tiempo de viaje (67 minutos) del que les tomaba a los varones con educación universitaria (33 minutos).

Cuando se les preguntó cómo se sentían con respecto al uso de condones, el 60 por ciento de los varones sexualmente activos manifestó algún tipo de actitud negativa hacia su uso.  La actitud negativa que se expresó con mayor frecuencia (58 por ciento) fue que los condones hacían que las relaciones sexuales fueran menos placenteras. Casi la mitad (47 por ciento) dijo que les daba vergüenza ir a comprar condones en una tienda y alrededor de un tercio (34 por ciento) aseveró que los condones eran demasiado caros para usarlos de forma regular o que el uso de condones era contrario a su religión (32 por ciento).


Sacado de: Debora Balk, Tim Brown, Grace Cruz y Lita Domingo. 1997. “¿Están tomando riesgos innecesarios con el VIH / SIDA los jóvenes en las Filipinas?” Asia -Pacific Population & Policy 40. Honolulu: East-West Center Program on Population

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