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          Tema 
            3: lectura 3 
           
            | HEALTH 
                POLICY AND PLANNING: 9(4):353-370 |   
            |  Reforma 
                del sector salud en los países en desarrollo:  
                 |   
            |  el 
                papel central del análisis de políticas  
                 |   
            |  Gill 
                Walt y Lucy Gilson   |   
            |   |   
            |  
                El 
                  análisis de políticas es una disciplina establecida 
                  en el mundo industrializado, aunque su aplicación en 
                  los países en desarrollo ha sido limitada. El sector 
                  salud, en particular, parece haber estado desatendido. Esto 
                  es sorprendente porque existe una crisis bien reconocida en 
                  los sistemas de salud y abundan recomendaciones sobre cuáles 
                  reformas de salud deberían introducir los países. 
                  Sin embargo, se ha dado poca atención a cómo 
                  deberían los países realizar las reformas, y mucho 
                  menos a quién tiende a favorecerlas o rechazarlas. |   
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                Este 
                  documento sostiene que muchas políticas de salud centran 
                  equivocadamente su atención en el contenido de 
                  la reforma e ignoran los actores involucrados en la reforma 
                  de políticas (a nivel internacional, nacional y sub-nacional), 
                  los procesos que dependen del desarrollo e implementación 
                  del cambio y el contexto dentro del que se desarrollan 
                  las políticas. Concentrarse en el contenido de las políticas 
                  aleja la atención de la comprensión del proceso 
                  que explica por qué los resultados deseados de las políticas 
                  no se materializan. El documento está organizado en cuatro 
                  secciones. La primera establece el escenario, demostrando cómo 
                  el cambio del consenso al conflicto en las políticas 
                  de salud determinaron la necesidad de un mayor énfasis 
                  en el análisis de políticas. La segunda sección 
                  explora qué significa el análisis de políticas. 
                  La tercera investiga cuáles otras disciplinas han contribuido 
                  a desarrollar un esquema de análisis. Y la última 
                  sugiere cómo el análisis de políticas puede 
                  usarse no solo para analizar el proceso de las políticas, 
                  sino también para el planeamiento. |   
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            |  
                Introducción El 
                  análisis de políticas es una disciplina académica 
                  y de investigación establecida en el mundo industrializado, 
                  pero su aplicación en los países en desarrollo 
                  ha sido limitada, y el sector salud, en particular, parece haber 
                  sido descuidado.  |   
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                Esto 
                  es aún más sorprendente por la creciente crisis 
                  en los sistemas de salud. El optimismo inicial de la revolución 
                  de la atención primaria de la salud (PHC) a fines de 
                  los setenta ha sido desafiado por varias tendencias: costos 
                  escalonados, pero menores presupuestos de salud pública 
                  debido a la recesión económica; la emergencia 
                  del SIDA; el aumento en el número de desastres complejos 
                  y de gran escala; la prevalencia de enfermedades crónicas 
                  junto a enfermedades contagiosas persistentes; inequidades agravadas 
                  en el acceso a los servicios; personal de salud desmoralizado; 
                  resistencia repentina de medicamentos a algunas enfermedades. 
                  Frente a las severas limitaciones económicas y cambios 
                  hacia principios neo-liberales, muchos países han introducido 
                  programas de ajuste estructural que han conducido a cortes en 
                  los servicios de salud pública, la introducción, 
                  o aumento, de pagos por la atención de la salud, y la 
                  liberación del sector salud para promover el desarrollo 
                  del sector privado. Los efectos de estos programas de reforma 
                  económica han sido severos. El Programa de Ajuste Económico 
                  Estructural (ESAP) de Zimbabwe fue llamado el Sufrimiento Extremo 
                  del Pueblo Africano (Woodroffe 1993). Las ganancias en el status 
                  de la salud logradas hasta los setenta están sufriendo 
                  un desgaste, y existe una creciente evidencia de los efectos 
                  negativos de las reformas de salud sobre el status de la salud, 
                  especialmente entre los vulnerables (Kanji y Jazdowska 1993; 
                  Messkoub 1992; Pinstrup-Anderson 1993). |   
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                Esta 
                  crisis en la salud está bien reconocida y abundan las 
                  recomendaciones sobre qué deben hacer los países 
                  (por ejemplo en el Informe de Desarrollo Mundial de 1993: 
                  Inversión en la Salud del Banco Mundial). Sin embargo, 
                  se ha puesto muy poca atención a cómo deben 
                  realizar las reformas los países, y mucho menos a quién 
                  es probable que esté a favor o en contra de tales políticas. 
                  Así como el enfoque de la atención primaria de 
                  la salud se hundió por concentrarse en el contenido (la 
                  introducción de programas de trabajadores de la salud 
                  comunales y voluntarios) más que en el proceso (cómo 
                  estimular a las comunidades a apoyar a estos trabajadores), 
                  es probable que fracasen las reformas recientes de salud porque 
                  se espera que las políticas serán implementadas 
                  según fueron planeadas, sin tomar en cuenta los factores 
                  que afectan la implementación. |   
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                Este 
                  documento sostiene que muchas políticas de salud centran 
                  equivocadamente su atención en el contenido de la reforma 
                  y descuidan los actores involucrados en la reforma de las políticas 
                  (a nivel internacional, nacional y sub-nacional), los procesos 
                  que dependen del desarrollo e implementación del cambio 
                  y el contexto dentro del que se desarrollan las políticas. 
                  (Figura 1). Concentrarse en el contenido de las políticas 
                  aleja la atención de la comprensión del proceso 
                  que explica por qué los resultados deseados de las políticas 
                  no se materializan. Como ha dicho Reich (1994a), la reforma 
                  de políticas es un proceso profundamente político, 
                  que afecta los orígenes, la formulación y la implementación 
                  de las políticas. Las autoridades normativas, ya sean 
                  politólogos o burócratas, están muy conscientes 
                  de que las reformas suelen ser impopulares y pueden causar mucha 
                  inestabilidad social. Pueden estar renuentes a empujar las reformas, 
                  aún cuando sean parte de los acuerdos sobre préstamos. 
                  El Banco Mundial admite que solo el 55% de las condiciones en 
                  los acuerdos sobre los préstamos de ajuste estructural 
                  han sido implementados completamente cuando se hace la última 
                  entrega de los fondos (Clapp 1994; 307). |   
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                Se 
                  necesitan urgentemente nuevos paradigmas de pensamiento para 
                  aplicar al sector salud, para entender los factores que influyen 
                  en la efectividad del cambio de políticas. Este enfoque 
                  ya ha sido propugnado por las áreas de políticas 
                  económicas y de desarrollo, por académicos que 
                  cuestionan la sabiduría convencional sobre el papel del 
                  estado (Mackintosh 1992) y el papel de los donantes externos 
                  (White 1990). Manor (1991; 6) ha defendido la necesidad de ‘descripciones 
                  sólidas’ en vez de ‘modelos parsimoniosos’. Nosotras 
                  sostenemos que el mismo reto existe para la salud, porque el 
                  contexto en el que se formulan e implementan las políticas 
                  de salud ha cambiado. Las políticas de salud pasaron 
                  de un dominio de políticas caracterizado principalmente 
                  por el consenso, a estar cada vez más sujetas al conflicto 
                  y la incertidumbre, y este cambio demanda otras formas de pensar 
                  sobre las polítcas. Nosotras sostenemos que  
                   
                    · 
                      el análisis de políticas ofrece un esquema 
                      más completo para pensar sobre las reformas de salud 
                      que los enfoques que se concentran en las características 
                      técnicas del contenido de la reforma; · 
                      la literatura de economía política y de otras 
                      disciplinas ofrece ideas sobre la forma como el análisis 
                      de políticas podría ser aplicado en el sector 
                      salud; · 
                      usando un modelo analítico simple (Figura 1) que 
                      incorpora los conceptos de contexto, proceso y actores, 
                      así como contenido, las autoridades normativas y 
                      los investigadores serán capaces de entender mejor 
                      el proceso de reforma de las políticas de salud y 
                      planear una implementación más efectiva. El 
                      modelo puede usarse tanto retrospectivamente como prospectivamente. |   
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            |  
                Este 
                  es un modelo muy simplificado de un conjunto complejo de interrelaciones 
                  y da la impresión de que cada uno puede ser considerado 
                  por aparte. En realidad los actores están influenciados 
                  (como individuos y como miembros de grupos de interés 
                  o asociaciones profesionales) por el contexto dentro del cual 
                  viven y trabajan, tanto a nivel de macro - gobierno como a nivel 
                  micro - institucional. El contexto está afectado por 
                  muchos factores como la inestabilidad o incertidumbre creada 
                  por los cambios en el régimen político o la guerra; 
                  por la ideología neo-liberal o socialista; por la experiencia 
                  histórica y la cultura. El proceso de hacer políticas 
                  (cómo entran los asuntos en la agenda de las políticas, 
                  cómo les va una vez ahí) a su vez es afectado 
                  por los actores, su posición en las estructuras de poder, 
                  sus propios principios y expectativas. Y el contenido de las 
                  políticas reflejarán unas o todas las dimensiones 
                  anteriores. En otras palabras, decimos que concentrarse como 
                  antes en el contenido de las políticas descuida otras 
                  dimensiones del proceso, los actores y el contexto, que pueden 
                  hacer la diferencia entre la elección y la implementación 
                  efectiva y no efectiva de las políticas. |   
            |   |   
            |  
                El 
                  documento está organizado en cuatro secciones. La primera 
                  establece el escenario, demostrando cómo el cambio del 
                  consenso al conflicto en las políticas de salud determinaron 
                  la necesidad de un mayor énfasis en el análisis 
                  de políticas. La segunda sección explora qué 
                  significa el análisis de políticas. La tercera 
                  investiga cuáles otras disciplinas han contribuido a 
                  desarrollar un esquema de análisis. Y la última 
                  sugiere cómo el análisis de políticas puede 
                  usarse no solo para analizar el proceso de las políticas, 
                  sino también para el planeamiento. |   
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                El 
                  cambio del consenso al conflicto en las políticas de 
                  salud Un 
                  contexto de desarrollo cambiante La 
                  gama y la escala del cambio político y económico 
                  hacia fines de los ochenta y durante los noventa ha sido dramático 
                  y ha conducido a significativas reformas de políticas 
                  en el campo de la economía y la política que también 
                  han influido en sectores como el de la salud. |   
            |   |   
            |  
                Durante 
                  los cincuenta y los sesenta el desarrollo dirigido por el estado 
                  fue parte del ambiente intelectual del momento (Sen 1983). Era 
                  justificado mediante análisis económicos que identificaban 
                  los mecanismos del mercado como inadecuados en los países 
                  en desarrollo (Chowdhury y Krkpatick 1994; 1), legitimizando 
                  el papel de los gobiernos al intervenir para corregir las imperfecciones 
                  del mercado mediante la inversión del sector público. 
                  También se ajustaba bien a los intereses de los líderes 
                  políticos permitiéndoles establecer o consolidar 
                  la lealtad mediante la extensión de las empresas o burocracias 
                  estatales. Y en este período la ayuda internacional se 
                  extendió para apoyar al estado. |   
            |   |   
            |  
                El 
                  regreso a la teoría económica clásica –el 
                  neo-liberalismo de los ochenta- fue una reacción, en 
                  parte, al positivo crecimiento y desarrollo económico 
                  en Asia (donde muchos gobiernos habían promovido las 
                  políticas neo-liberales); en parte al crecimiento de 
                  lo que llegó a ser visto como sectores públicos 
                  demasiado extendidos o débiles en algunos países 
                  en desarrollo; y en parte al reconocimiento de que las preferencias 
                  del gobierno expresadas mediantes políticas promovían, 
                  no sin ambigüedad, los intereses de sus poblaciones. La 
                  deuda, la inestabilidad y, sobre todo, la ineficiencia, eran 
                  percibidas como fracasos en las políticas económicas. |   
            |   |   
            |  
                Desde 
                  los ochenta muchos actores expresaron descontento con el estado. 
                  Escritores de muy distintas disciplinas y posiciones se quejaron 
                  del ‘estado auto-engañado’ (Chambers 1992) o del ‘estado 
                  desigual’ (Bayart 1993). En Europa central y oriental la gente 
                  se lanzó a las calles para echar abajo el estado en 1989. 
                  Y las instituciones financiadoras internacionales, como el Banco 
                  Mundial y el FMI se volvieron impacientes con lo que percibían 
                  como gobiernos autoritarios de países en desarrollo. 
                  Dado su papel central en la reprogramación de la deuda 
                  y en los nuevos acuerdos de préstamos, estas agencias 
                  pudieron introducir condiciones significativas en forma de programas 
                  de ajuste estructural que exigían reformas políticas 
                  (por ejemplo, reducción del servicio civil, introducción 
                  de elecciones multi-partidistas) así como reformas económicas 
                  (por ejemplo, liberalización del comercio, eliminación 
                  de subsidios). Los programas de ajuste estructural afectaron 
                  al sector salud a través de los recortes en presupuestos, 
                  la promoción del sector privado y la introducción 
                  de costos para el usuario por los servicios de salud. |   
            |   |   
            |  
                La 
                  tendencia de quienes propugnan las reformas de políticas 
                  era percibirlas como técnicas: los expertos internacionales 
                  negociaban programas de reforma con las autoridades nacionales. 
                  Aunque muchos estaban de acuerdo sobre la necesidad de alguna 
                  reforma (a pesar de los fieros debates sobre el alcance, el 
                  tiempo y las condiciones), el énfasis en el contenido 
                  de la reforma descuidaba factores importantes como las distintas 
                  culturas e instituciones políticas, la influencia de 
                  ideologías o escuelas de pensamiento y las tradiciones 
                  históricas. |   
            |   |   
            |  
                Desde 
                  fines de los ochenta, los economistas y los politólogos 
                  han sostenido que las complejas reformas económicas tenían 
                  efectos distributivos (a menudo drásticos) inmediatos 
                  y fundamentales sobre las poblaciones, y cuando los beneficios 
                  eran a largo plazo (y surgían grandes dudas sobre la 
                  magnitud del beneficio) no podían ser tratados como políticas 
                  técnicas que fueran implementadas automáticamente. 
                  Las autoridades normativas nacionales y los académicos 
                  criticaron cada vez más los enfoques tecnocráticos. 
                  Lindenber (1989; 359) cita una autoridad normativa anónima, 
                  diciendo que  
                   
                    ‘A 
                      menudo esta gente que viene aquí de las organizaciones 
                      internacionales a predicar el evangelio de la estabilización 
                      y el ajuste estructural sabe tanto sobre las consecuencias 
                      políticas y económicas de sus propuestas como 
                      los médicos que recetaban sanguijuelas para corregir 
                      los desequilibrios entre las cuatro erupciones en la piel 
                      de sus pacientes.’ |   
            |   |   
            |  
                Herbst 
                  (1990) afirma que los programas de ajuste estructural que exigían 
                  fuertes reducciones en las iniciativas públicas en África 
                  no reconocieron que esas iniciativas habían sido una 
                  importante fuente de gratificación y respaldo para los 
                  líderes africanos durante décadas. Reducir sus 
                  actividades amenazaba importantes distritos electorales y podía 
                  conducir a debilitar la implementación o volver el estado 
                  mucho menos flexible para lidiar con las crisis. Con una tónica 
                  similar, Haggard y Webb (1993) observaron que los programas 
                  de ajuste estructural estaban siendo socavados por su tendencia 
                  a ignorar las características institucionales del sistema 
                  político, la economía interna y externa y el diseño 
                  de los programas de reforma. |   
            |   |   
            |  
                Un 
                  contexto de salud cambiante La 
                  cambiante economía política tuvo repercusiones 
                  para las políticas de salud y facilitaron la idea de 
                  reformar el sector salud. Cuando el estado tuvo una función 
                  de de desarrollo fuerte y central, las políticas de salud 
                  se habían decidido básicamente mediante consenso, 
                  en parte porque eran controladas por una élite médica. 
                  Durante este tiempo, las políticas de salud estaban bastante 
                  libres de controversia, recibían un apoyo amplio (aunque 
                  pasivo) de la población y aparecían como asuntos 
                  de ‘política inferior’ en la agenda política. 
                  Estaban relacionadas, casi en su totalidad, con el contenido 
                  de las políticas (por ejemplo, cómo mejorar el 
                  acceso y la cobertura, cómo aumentar la eficiencia en 
                  el uso de las camas de hospital), y las reformas estaban muy 
                  limitadas a los problemas de organización de los sistemas 
                  de salud (por ejemplo, la relación entre los distintos 
                  niveles de los servicios de salud –terciario, secundario y primario). |   
            |   |   
            |  
                En 
                  los ochenta, sin embargo, en la medida que las ideas neo-liberales 
                  empezaron a dominar, las políticas de salud se movieron 
                  a una arena de políticas en la cual los valores aceptados 
                  fueron desafiados (por ejemplo, proponiendo ‘compartir costos’ 
                  y la promoción de los proveedores privados de atención 
                  de la salud). Un contexto en el cual dominan los valores de 
                  mercado, deja poco espacio para la moralidad, los valores y 
                  los sentimientos, y puede socavar y destruir los conceptos previamente 
                  aceptados y socialmente contruidos de propósito público, 
                  moralidad pública y el rendir de cuentas público 
                  (Wuyts et al. 1992). Los debates sobre las políticas 
                  de salud se caracterizaron cada vez más por el conflicto, 
                  haciéndolos, en relación con las décadas 
                  anteriores, temas de agenda de la ‘política superior’. 
                  Este conflicto inevitablemente generó considerable incertidumbre 
                  sobre la elección apropiada de políticas. |   
            |   |   
            |  
                ¿Cómo 
                  ocurrió el cambio del consenso al conflicto? El período 
                  de consenso se derivó principalmente de un campo de políticas 
                  relativamente restringido y dominado por la medicina. Desde 
                  los cuarenta hasta mediados de los setenta las políticas 
                  de salud se alimentaron de una confianza tremenda en la ciencia 
                  médica. Sulfonamidas, penicilina y antibióticos 
                  de amplio espectro ofrecían las herramientas para desafiar 
                  las enfermedades. La síntesis del DDT y su aplicación 
                  para controlar la malaria, las vacunas contra las enfermedades 
                  infecciosas, el advenimiento de los anticonceptivos orales, 
                  todo el monopolio profesional fortalecido y las creencias legas 
                  de que la medicina tenía las respuestas: las autoridades 
                  normativas solo tenían que decidir cómo manejar 
                  y organizar los servicios de salud para hacerlos accesibles, 
                  disponibles, aceptables y pagables. |   
            |   |   
            |  
                El 
                  dominio de las políticas de salud por los profesionales 
                  médicos se repitió en los círculos internacionales. 
                  Desde los cincuenta las agencias internacionales y bilaterales 
                  se involucraron más con la salud y establecieron su credibilidad 
                  erradicando la viruela y (con más controversia) ayudando 
                  a controlar la malaria. Ofrecieron experiencia técnica 
                  y fondos para varios programas de salud, incluyendo la planificación 
                  familiar. |   
            |   |   
            |  
                Sin 
                  embargo, a fines de los sesenta el paradigma médico fue 
                  cada vez más desafiado dentro y fuera de la profesión. 
                  Las antiguas políticas que habían hecho énfasis 
                  en el tratamiento de las enfermedades en centros de excelencia 
                  fueron cuestionadas por historiadores, epidemiólogos 
                  y economistas, que mostraban que muchas dolencias estaban relacionadas 
                  con la pobreza (Abel-Smith y Leiserson 1978), que las medicinas 
                  que habían aparecido como magia tenían muchas 
                  consecuencias no deseadas (Illich 1975) y que los hospitales 
                  de enseñanza atendían una parte muy pequeña 
                  de la población pero tragaban gran parte del presupuesto 
                  de salud (King 1966). Los científicos sociales hicieron 
                  una creciente intromisión en el dominio de los profesionales 
                  médicos en las políticas, cuestionando los efectos 
                  de la cultura sobre la conducta de salud y los costos relativos 
                  de las distintas actividades de atención de la salud, 
                  entre otras cosas. |   
            |   |   
            |  
                La 
                  introducción de la atención primaria de la salud 
                  en 1978 reflejó el pensamiento de estos grupos y expandió 
                  el campo de las políticas de salud para incluir otros 
                  grupos, además de los profesionales médicos. La 
                  pérdida del monopolio profesional abrió el camino 
                  para el conflicto en los debates de políticas. Esto se 
                  manifestó en debates a nivel global sobre la atención 
                  integral versus la selectiva (Rifkin y Walt 1988), en la batalla 
                  por conseguir un código sobre los sustitutos de la leche 
                  materna y por el establecimiento de un programa de medicinas 
                  básicas (Walt 1993). |   
            |   |   
            |  
                Sin 
                  embargo, aún cuando la noción de ‘voluntad política’ 
                  introducido en el documento de políticas Alma Ata sobre 
                  Atención Primaria de Salud reconoció el papel 
                  de las políticas y el conflicto sobre las políticas 
                  de salud, nunca fue desarrollado conceptualmente (con pocas 
                  excepciones recientes como Reich 1994b; Whitehead 1990) y tuvo 
                  poco efecto sobre las políticas de salud implementadas 
                  por donantes en muchos países de bajo ingreso. Estos 
                  seguían siendo principalmente programas técnicos 
                  organizados verticalmente como la inmunización contra 
                  seis enfermedades infecciosas de la niñez y el control 
                  de la diarrea. Incluso las políticas nacionales de atención 
                  primaria de la salud fueron interpretadas, a menudo, en forma 
                  limitada y conveniente, como programas verticales dentro de 
                  los ministerios de salud (Decosas 1990), o como sinónimo 
                  de programas de trabajadores de salud comunales o como expansión 
                  de las infraestructuras de la salud rural (Walt 1990). |   
            |   |   
            |  
                Las 
                  políticas neo-liberales introdujeron nuevas tensiones 
                  en el dominio de las políticas de salud. En el mundo 
                  industrializado había un énfasis creciente en 
                  contener los costos y aumentar la eficiencia, llevando a conceptos 
                  del mercado interno y la división entre proveedores y 
                  compradores, y un énfasis controversial sobre las virtudes 
                  de la competencia. Los administradores y economistas intervinieron 
                  cada vez más en áreas previamente controladas 
                  por los profesionales. En el mundo en vías de desarrollo 
                  los donantes y las instituciones financiadoras dictaron condiciones 
                  neo-liberales para los acuerdos sobre deuda y préstamos: 
                  estas incluían un papel reducido del sector público, 
                  la introducción o aumento del costo de las consultas, 
                  medicinas e ingresos a hospitales y la reducción de limitaciones 
                  para el sector privado. |   
            |   |   
            |  
                El 
                  cambio del consenso al conflicto en las políticas de 
                  salud sirvió para tomar consciencia sobre el fracaso 
                  de las políticas anteriores. Por ejemplo, a fines de 
                  los ochenta muchas agencias de ayuda estaban admitiendo que 
                  los años de experiencia en la atención primaria 
                  de la salud habían mostrado que las soluciones técnicas, 
                  aunque suelen ser necesarias, no bastaban para sostener los 
                  resultados de las políticas, especialmente en los países 
                  más pobres. Aunque las tasas de mortalidad infantil habían 
                  disminuido y la cobertura de la inmunización había 
                  aumentado en muchos países, esas ganancias llegaron junto 
                  a las crecientes inequidades sociales, mala calidad de la atención 
                  y peores condiciones de vida. Llegó a ser claro que la 
                  efectividad de los programas estaba influenciada por los valores 
                  y la cultura (nacional e internacional), el rendir cuentas, 
                  el espíritu y la comunicación, junto a otras cosas, 
                  pero que tales factores habían sido descuidados por creer 
                  que mejores técnicas o tecnologías podían 
                  lidiar por sí solas con las causas de la mala salud (Cutts 
                  1994; Nabarro y Chinnock 1988; Heggenhougen y Clements 1987). |   
            |   |   
            |  
                Buscando 
                  nuevas soluciones de políticas, los donantes promovieron 
                  las políticas de descentralización para quitar 
                  el control de las autoridades estatales centrales distantes; 
                  la entrega de servicios mediante organizaciones no gubernamentales 
                  que se percibían como más cercanas a las comunidades 
                  locales y que podrían fomentar un mayor sentido de democracia; 
                  y un ‘buen ejercicio del poder’, que incluía una reforma 
                  dentro de las burocracias más pequeñas (pago según 
                  desempeño, más flexibilidad para contratar y despedir) 
                  y un mayor rendir de cuentas. |   
            |   |   
            |  
                Al 
                  hacer esto, sin embargo, surgieron dos problemas. Uno relacionado 
                  con la soberanía, el rendir de cuentas y las relaciones 
                  de poder desiguales. Dicho con franqueza, los gobiernos nacionales 
                  querían préstamos o donaciones de las organizaciones 
                  internacionales, pero las recibían solo si aceptaban 
                  imponer reformas económicas. Para algunos esto era reflejo 
                  de condicionalidad sin responsabilidad (Cliff 1993). Sin embargo, 
                  las agencias internacionales debían, a su vez, rendir 
                  cuentas ante sus propias asambleas constituyentes y han sido 
                  afectadas por algunos países debido al esceptisismo expresado 
                  sobre el papel de la ayuda y el valor de la asistencia y la 
                  cooperación técnica (Bauer 1981; Hannock 1989). 
                  También las agencias internacionales son actores muy 
                  variantes; las organizaciones no gubernamentales, multilaterales 
                  y bilaterales tienen metas y valores muy distintos. Bollini 
                  y Reich (1994), por ejemplo, hacen la diferencia entre agencias 
                  con ‘mentalidad internacional’ y con ‘mentalidad nacional’. |   
            |   |   
            |  
                El 
                  otro problema relacionado con la falta de comprensión 
                  del proceso de políticas es que existen brechas enormes 
                  en el conocimiento sobre cómo trabajaban las burocracias 
                  o cómo las autoridades normativas respondían a 
                  la presión. Si bien la preocupación sobre un ‘buen 
                  ejercicio del poder’ exigía la comprensión de 
                  la cultura burocrática y los procesos de toma de decisiones, 
                  este conocimiento era fragmentado y parcial. No estaba claro 
                  en qué medida la implementación de reformas estaría 
                  influida por los procesos de políticas domésticos, 
                  dada la falta de información sobre el desarrollo institucional 
                  y sobre cómo funcionaban los sistemas organizativos y 
                  administrativos. Por ejemplo, aunque había fuerza en 
                  los argumentos a favor de una mayor efectividad y eficiencia, 
                  había poca comprensión sobre cómo ocurriría 
                  esto en una economía en contracción, en vez de 
                  en una economía en expansión. Como dijo Cumper 
                  (1993), el planeamiento de la salud siempre se había 
                  basado en el supuesto del crecimiento y faltaba el conocimiento 
                  y las técnicas para originar e implementar el cambio 
                  en los sistemas de salud en contracción. La introducción 
                  de la competencia, ya sea mediante mercados internos, como en 
                  el Reino Unido, o mediante las organizaciones no gubernamentales 
                  en los países en desarrollo, planteó importantes 
                  interrogantes sobre las condiciones para el éxito que 
                  carecían de respuesta (Broomberg 1994). |   
            |   |   
            |  
                En 
                  este ambiente de políticas, la certidumbre ideológica 
                  expresada mediante documentos de políticas como el Informe 
                  Mundial de Desarrollo 1993: Inversiones en la Salud parece 
                  mucho más sólida de lo que es (Reich 1994a). Y 
                  por eso hay una aceptación prometedora de que se necesitan 
                  nuevos enfoques analíticos que ofrezcan una mejor comprensión 
                  y una explicación más completa del ambiente de 
                  las políticas. Afirmamos que nuestro esquema de análisis 
                  de políticas ofrece este enfoque. |   
            |   |   
            |  
                ¿Qué 
                  es el análisis de políticas? El 
                  análisis de políticas toma conceptos de varias 
                  disciplinas; economía, ciencias políticas, sociología, 
                  administración pública e historia, y aparece como 
                  una sub-disciplina hacia fines de los sesenta, principalmente 
                  en los EEUU. Es definida de distinta forma por diferentes académicos, 
                  tiene distintas apariencias y ofrece una confusa heterogeneidad 
                  de teorías diferentes, desde muy prescriptivas hasta 
                  descriptivas (Heclo 1972). |   
            |   |   
            |  
                La 
                  mayor parte del análisis de políticas se centra 
                  en el proceso de políticas. Dror (1993; 4), por ejemplo, 
                  define el análisis de políticas como ‘enfoques, 
                  métodos, metodologías y técnicas para mejorar 
                  las distintas decisiones de políticas’. De igual forma, 
                  Paul et al. (1989; 1) definen el análisis de políticas 
                  como ‘la tarea de analizar y evaluar opciones de políticas 
                  públicas en el contexto de las metas dadas para elección 
                  de las autoridades normativas u otros actores relevantes’. La 
                  implicación de estas definiciones de análisis 
                  de políticas es que las autoridades normativas están 
                  preocupadas principalmente por el contenido de las políticas, 
                  son intencionalmente racionales, y necesitan tener destrezas 
                  particulares para hacer elecciones apropiadas entre las alternativas 
                  bien definidas de políticas en el fomento de metas complejas 
                  pero compatibles. |   
            |   |   
            |  
                Estos 
                  enfoques son parecidos a aquellos caracterizados por las escuelas 
                  incrementalistas o racionales de la toma de decisiones. El promotor 
                  clásico de este primer enfoque es Lindblom (1959), quien 
                  se interesa por analizar lo que sucede en las organizaciones 
                  o lo que sucedió en una decisión particular. El 
                  suyo es un enfoque descriptivo que favorece el incrementalismo 
                  y reconoce un proceso de negociación entre los distintos 
                  grupos de interés en el proceso de hacer políticas. 
                  El enfoque racional es más abstracto y lidia con los 
                  valores y con la forma como debe asumirse la toma de 
                  decisiones. Ofrece un ‘modelo ideal’ y prescriptivo de cómo 
                  debe realizarse la toma de decisiones, aportando una forma de 
                  mejorar la efectividad de la toma de decisiones, identificando 
                  explícitamente los valores y las metas antes de hacer 
                  las elecciones de las políticas y seleccionando las mejores 
                  opciones de políticas según la información 
                  completa sobre costos y consecuencias de cada una (Simon 1957). |   
            |   |   
            |  
                Estos 
                  enfoque centran sus análisis en la toma de decisiones, 
                  aunque Lindblom enfatiza el papel de los actores como partidarios 
                  en el proceso de políticas. Nuestro enfoque del análisis 
                  de políticas va más allá porque, aunque 
                  considera los procesos de la toma de decisiones, también 
                  centra su atención en la conducta de los actores que 
                  formulan e implementan políticas y el contexto 
                  dentro del cual circulan las políticas (Figura 1). Ofrece 
                  un esquema mucho más amplio para pensar en las políticas 
                  de salud. Al adoptar este modelo afirmamos que las políticas 
                  no son solo una prescripción o descripción, ni 
                  se desarrollan en el vacío; son el resultado de complejas 
                  interacciones sociales, políticas y económicas. |   
            |   |   
            |  
                Nuestro 
                  modelo de análisis de políticas se acerca más 
                  a los enfoques de economía política, que también 
                  se sirven de conceptos de varias disciplinas, pero han sido 
                  dominados por la economía y la política. Las teorías 
                  recientes de economía política han estado principalmente 
                  motivadas por un interés de explicar los procesos relacionados 
                  con la formulación y la implementación de los 
                  programas de ajuste estructural en los países de bajos 
                  ingresos. Los mejores análisis han sido realizados por 
                  teóricos del desarrollo, economistas y politólogos. 
                  ¿Qué tienen que ofrecer estos enfoques al análisis 
                  de políticas de salud? |   
            |   |   
            |  
                ¿Qué 
                  se puede aprender de otras disciplinas? La 
                  economía ha brindado una contribución importante 
                  a las políticas de salud durante las dos últimas 
                  décadas. Desde fines de los sesenta las autoridades normativas 
                  recurrieron cada vez más a los economistas para el análisis 
                  de los costos de atención de la salud y las opciones 
                  de financiamiento de los servicos de salud. En diez años 
                  hubo una cantidad creciente de economistas de la salud en las 
                  instituciones académicas, las organizaciones internacionales, 
                  los ministerios de salud; ellos dominaban la investigación 
                  en los servicios de salud y las discusiones de políticas 
                  de salud. La economía juega un papel importante en la 
                  valoración de opciones en la toma de decisiones, ayudando 
                  a las autoridades normativas a hacer elecciones sobre la base 
                  de la eficiencia y la equidad. Cada vez más se considera 
                  que la economía ofrece técnicas valiosas para 
                  hacer políticas, en parte por su interés central 
                  en la distribución de escasos recursos y en parte porque 
                  lidia con los efectos mensurables (Sharpe 1977). |   
            |   |   
            |  
                Sin 
                  embargo, si bien pocos negarían la utilidad de la economía 
                  como una de las herramientas para la selección de políticas, 
                  igual que toda disciplina, tiene sus limitaciones. Green (1990; 
                  274) ha dicho, por ejemplo, que existe un peligro de que los 
                  economistas puedan ser vistos como ‘tecnócratas neutrales, 
                  prototipos de racionalidad y portadores de objetividad’, aunque 
                  están, como todos los otros actores, llenos de valores 
                  particulares que pueden estar o pueden no estar articulados 
                  (ni siquiera reconocidos) explícitamente. Fuchs (1993) 
                  da tres ejemplos que ilustran las limitaciones de la economía 
                  en políticas de salud. La primera es que la economía 
                  es un método o forma de pensar general, pero no necesariamente 
                  ofrece soluciones para las autoridades normativas de la salud 
                  debido a las particularidades del mercado de atención 
                  de la salud. Por ejemplo, en la mayoría de las industrias 
                  donde hay exceso de capacidad, los precios bajan drásticamente 
                  y algunas firmas son expulsadas del mercado. Pero en los mercados 
                  de atención de la salud de los EEUU hay exceso en la 
                  provisión de camas de hospital, en alta tecnología 
                  y en ciertos especialistas quirúrgicos y médicos, 
                  a pesar de que los costos y las tarifas siguen siendo elevados. |   
            |   |   
            |  
                El 
                  segundo ejemplo de Fuch es en el dominio social y político: 
                  si bien la economía ayuda a entender cómo los 
                  costos de atención de la salud son más altos en 
                  EEUU que en Canadá o Alemania, la economía no 
                  explica ‘la capacidad política superior de Canadá 
                  para promulgar y administrar seguros de salud universales’ o 
                  la mayor disposición de los alemanes a obedecer las regulaciones 
                  centralizadas para el gasto en salud. Y finalmente, la tercera 
                  limitación de Fuch se relaciona con la importancia de 
                  los valores en las políticas de salud. Los conflictos 
                  sobre los valores son especialmente severos en la arena de las 
                  políticas de salud: por ejemplo, ¿deberían las 
                  tecnologías médicas estar a disposición 
                  de todos, a pesar de su costo, o deberían gastarse los 
                  fondos en salud pública y la prevención de las 
                  enfermedades? La economía no puede ofrecer una orientación 
                  sobre cuál sistema de valores favorecer al hacer políticas. |   
            |   |   
            |  
                Los 
                  economistas mismos han reconocido cada vez más la necesidad 
                  de enriquecer su punto focal y sus métodos de estudio 
                  con herramientas conceptuales de otras disciplinas y han recurrido 
                  a las políticas y al análisis de políticas 
                  (Healey y Robinson 1992; Meier 1993). |   
            |   |   
            |  
                 
                  ‘Los 
                    economistas son entrenados en el estudio de la operación 
                    de las fuerzas económicas dentro de limitaciones políticas, 
                    sociales y morales. Este enfoque tiene que ser complementado 
                    (y en algunos casos reemplazado) por el estudio de la operación 
                    y la manipulación de las fuerzas políticas, 
                    sociales y psicológicas dentro de límites económicos. 
                    Más fundamentalmente, si el objetivo es comprender 
                    la sociedad, la distinción entre las variables económicas 
                    y las variables no económicas puede ser inaceptable.’ 
                    (Streeten 1993; 1286) |   
            |   |   
            |  
                Los 
                  teóricos del desarrollo han reconsiderado también las viejas 
                  relaciones entre el crecimiento y el desarrollo económico, destacando 
                  la necesidad de distintas modalidades de análisis (Manor 1991; 
                  Chambers 1992). |   
            |   |   
            |  
                Por 
                  lo tanto, los economistas se han unido a los politólogos, 
                  sociólogos y antropólogos para ofrecer una mejor 
                  comprensión del ambiente político dentro 
                  del cual se deciden y ejecutan las políticas. Mucho del 
                  ímpetu por esta resurrección de los principios 
                  de la economía política fue estimulado por la 
                  introducción de reformas económicas mediante programas 
                  de ajuste estructural. Los primeros debates tenían que 
                  ver con los beneficios y desventajas del ajuste económico 
                  y estaban orientados hacia el momento, la escala y los debates 
                  sobre la efectividad a corto y largo plazo (Cornia et al. 1987; 
                  Mosley et al. 1991; Parfitt 1993; Stewart 1991). En otras palabras, 
                  se relacionaban con el contenido de los programas de ajuste 
                  estructural. |   
            |   |   
            |  
                Hacia 
                  fines de los ochenta, sin embargo, cierta cantidad de escritores 
                  señalaban la pobreza de ese enfoque. Elliott (1988) sostenía 
                  que las prescripciones de los programas de ajuste estructural 
                  en África suponían que serían aceptadas 
                  e implementadas mediante un proceso de diálogo de políticas 
                  y que esto era ingenuo.  ….  
                   
                    La 
                      reacción popular a las políticas mal concebidas 
                      a veces es suficientemente fuerte como para derrocar los 
                      gobiernos. De igual forma, las políticas convenientes 
                      desde el punto de vista político pueden mantener 
                      a los gobernantes en el poder a corto plazo a costa de la 
                      bancarrota nacional, la miseria humana creciente y una eventual 
                      indignación pública.’ (1989; 359) |   
            |   |   
            |  
                La 
                  implicación de las ideas de estos académicos fue 
                  que si los reformadores de políticas hubieran percibido 
                  los gobiernos como entes de dos piernas cuando introducían 
                  políticas de ajuste estructural, se podría haber 
                  evitado la forma prescriptiva tan criticada de introducir e 
                  imponer reformas y la implementación se hubiera ajustado 
                  más a las necesidades de cada país. |   
            |   |   
            |  
                Mucho 
                  de lo que se escribe en el campo de la economía política 
                  adopta un enfoque dinámico del análisis de políticas, 
                  creyendo que si el análisis de políticas precede 
                  la elección de las políticas, la probabilidad 
                  de una implementación más efectiva es mayor. ‘El 
                  análisis de políticas es importante porque nos 
                  ayuda a actuar efectivamente’ (Wuyts 1992; 285). Esta posición 
                  se alcanza a través del desarrollo de esquemas explicativos 
                  de las relaciones entre el estado y la sociedad, actores políticos 
                  como los gobiernos, los donantes extranjeros y los grupos de 
                  interés, los cuales recurren a conceptos históricos, 
                  culturales y sociológicos para agregar profundidad a 
                  la explicación. Si bien todos empiezan con la premisa 
                  de que los factores políticos son una característica 
                  de todo análisis de políticas, ofrecen un gran 
                  variedad de enfoques y esquemas. Algunos, sin embargo, se centran 
                  más en el contexto macro-político de la 
                  toma de decisiones, y otros en los actores involucrados 
                  en la toma de decisiones, aunque inevitablemente hay mucho traslape. |   
            |   |   
            |  
                El 
                  contexto como centro de atención Muchos 
                  analistas de políticas se preocupan por aclarar los factores 
                  contextuales macro que influyen en las políticas. Su 
                  preocupación central es con el estado y su papel en la 
                  reforma de políticas económicas. Sin embargo, 
                  escriben con perspectivas distintas. |   
            |  
                  |   
            |  
                Una 
                  de las preguntas fundamentales ha sido sobre el justo papel 
                  del estado. Este debate está detrás de todo análisis 
                  de políticas, visualizando el estado ya sea con 
                  un papel central en la toma de decisiones o con un papel 
                  cada vez más marginal. Mackintosh (1992) revisa las críticas 
                  políticas y teóricas al estado. La perspectiva 
                  del ‘interés público’ del estado, que apoyaba 
                  la antigua teoría del desarrollo, fue desafiada por dos 
                  críticas: los críticos marxistas que veían 
                  el estado como gobernado por relaciones de clase y poder (sugiriendo 
                  que el estado no era una institución desinteresada que 
                  promovía el interés público, sino un poder 
                  en ejercicio a favor de las clases dominantes); y los teóricos 
                  del ‘interés privado’ (o elección pública), 
                  que sostenían que el estado se componía de burócratas 
                  y políticos con intereses propios, que en su búsqueda 
                  de poder, estarían obligados a responder al punto de 
                  vista de las mayorías. Esta perspectiva del estado ofrecía 
                  las bases para las reducciones en el papel del gobierno y la 
                  competencia creciente entre estructuras estatales. |   
            |   |   
            |  
                El 
                  análisis claro de Mackintosh muestra que mientras los 
                  análisis marxistas y de ‘interés privado’ tienen 
                  algunas semejanzas, no necesariamente pueden ser reconciliados 
                  con la perpectiva del ‘interés público’ del estado. 
                  ‘La reforma del estado en un modelo de mercado está en 
                  conflicto con una reforma que busca fortalecer el estado como 
                  vehículo de solidaridad social’ (Mackintosh 1992; 89). 
                  Otros también han criticado a los teóricos del 
                  ‘interés privado’ o de la elección pública. 
                  Toye (1993, 135-6), por ejemplo, los acusa de presentar una 
                  ‘perspectiva profundamente cínica del estado en los países 
                  en desarrollo’, sugiriendo que ‘atribuir el interés propio 
                  como motivación exclusiva de los políticos de 
                  los países en vías de desarrollo es negar su sinceridad, 
                  su mérito y, en definitiva, su derecho legítimo 
                  a gobernar’. |   
            |   |   
            |  
                Si 
                  bien muchos analistas de políticas aceptan la necesidad 
                  de reformar el estado, la mayoría percibe que el estado 
                  debe continuar con la función central en la toma de decisiones. 
                  Streeten (1993) enfatiza la función de la intervención 
                  estatal como apoyo para que los mercados trabajen mejor, no 
                  solo favoreciendo los grupos que ya son poderosos. Perkins y 
                  Roemer (1991) también hacen ver que el estado no puede 
                  ser tratado simplemente como un obstáculo para el funcionamiento 
                  adecuado de los mercados libres – el verdadero debate no es 
                  tanto si el estado debería involucrarse sino cómo 
                  debe manejarse la intervención del estado. Klitgaard 
                  (1991b) dice que los analistas de políticas necesitan 
                  ir más allá de los argumentos ‘estado versus mercado’, 
                  desafiándolos para lograr que tanto el mercado como el 
                  estado funcionen mejor. |   
            |   |   
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                Otros 
                  han caracterizado al estado como débil o fuerte, y han 
                  buscado factores que ayudaban a ofrecer explicaciones políticas 
                  para patrones de políticas. Whitehead (1990), por ejemplo, 
                  examina ocho factores que se traslapan que ofrecen explicaciones 
                  para las diferencias en el manejo macroeconómico del 
                  cambio en los países en desarrollo. Sugiere que debería 
                  ser posible sintetizar estos ocho factores, identificando si 
                  los estados son fuertes o débiles, y luego analizar lo 
                  que esto significaría para la velocidad, flexibilidad 
                  y probable efectividad de varias opciones de políticas. 
                  Los factores que Whitehead identifica como importantes para 
                  ser considerados en el análisis de políticas son: 
                  las tradiciones históricas (colonialismo, independencia, 
                  experiencia bélica); determinantes socioestructurales 
                  (divisiones de clase social, étnicas y religiosas); el 
                  interés propio de los sectores políticamente poderosos 
                  (la posición de las élites gobernantes); las características 
                  arraigadas del sistema político (la experiencia democrática); 
                  las propiedades formales de las instituciones políticas 
                  (regulación del poder estatal, autoridad y rendir cuentas); 
                  la influencia de ideologías o escuelas de pensamiento 
                  económicas particulares (neo-liberalismo); la lógica 
                  de los procesos secuenciales particulares del ‘círculo 
                  vicioso’ (la inflación creciente conduce a la especulación, 
                  altas tasas de interés, atesoramiento) frente al ‘círculo 
                  virtuoso’ (la estabilidad de precios conduce a una caída 
                  de precios, estabilización salarial, confidence 
                  to return), y una variedad de consideraciones ad hoc 
                  o conyunturales (como accidentes en relación a fallar 
                  o acertar al escoger el momento oportuno). |   
            |   |   
            |  
                Migdal 
                  (1988) también trata de caracterizar los estados como 
                  débiles o fuertes, pero los contrasta frente a la ‘sociedad’, 
                  afirmando que muchos países de bajos ingresos tienen 
                  estados débiles y sociedades fuertes, que explica la 
                  implementación parcial o fallida de muchas políticas. 
                  Según esta perspectiva, el estado ha tenido en este siglo 
                  un poder tenue sobre la sociedad, que es la razón por 
                  la cual suele caer en manos de militares. Otras instituciones 
                  –religiosas, de casta, de tribu, de familia – han mantenido 
                  unidas estas sociedades. Por lo tanto, la capacidad del estado 
                  para intervenir efectivamente siempre ha sido débil. 
                  Hinnebusch (1993) ha usado la noción de estado y sociedad 
                  fuerte y débil para explicar la política de la 
                  reforma económica en Egipto, sugiriendo que el balance 
                  de poder entre el estado y la sociedad afecta el proceso de 
                  políticas. Por ejemplo, cuando hay un estado fuerte y 
                  una sociedad fuerte, sugiere que es probable que se de un balance 
                  de poder entre los dos, y por tanto, un consenso considerable 
                  sobre la reforma. Con un estado débil y una sociedad 
                  débil hay poca fuerza para reformar y los problemas no 
                  resueltos aumentan la vulnerabilidad del estado ante las fuerzas 
                  externas, de manera que la reforma es impuesta. |   
            |   |   
            |  
                Quienes 
                  se preocupan por el contexto de la toma de decisiones no se 
                  centran solo en el estado. Algunos se interesan por la cultura, 
                  y el grado en que los factores culturales permean el ambiente 
                  político. Hyden (1983), por ejemplo, afirma que los factores 
                  culturales son parte importante del contexto de las políticas 
                  e influyen en la conducta política. Su descripción 
                  de una ‘economía de afecto’ africana explora las obligaciones 
                  tradicionales a todos los niveles de la sociedad e ilustra cómo 
                  estas llevan a expectativas contradictorias de aquellos que 
                  están en todos los niveles de la organización 
                  pública (obligaciones con la familia versus la promoción 
                  del interés nacional, por ejemplo). Liddle (1992; 797) 
                  sostiene que en la cultura política de Indonesia la noción 
                  permeable de ke-Timuran u ‘Oriental-idad’, debe tomarse 
                  en cuenta al considerar el ambiente de políticas:  
                   
                    ‘Ke-Timuran 
                      se relaciona con las actitudes necesarias para mantener 
                      una sociedad armoniosa. Contiene muchas ideas respecto a 
                      los puntos de vista de otros en general, la deferencia a 
                      la población de más edad y a la autoridad 
                      en particular, una noción de que las diferencias 
                      de opinión deberían ser expresadas de manera 
                      privada y sin confrontación.’ |   
            |   |   
            |  
                Los 
                  actores como centro de atención Para 
                  muchos ensayistas sobre el análisis de políticas, 
                  el determinante clave del cambio de políticas es el grupo 
                  de actores involucrado y el centro de atención suele 
                  ser el gobierno. Lindenberg (1989), por ejemplo, analiza cómo 
                  los gobiernos de Panamá, Costa Rica y Guatemala manejaron 
                  el apoyo y la oposición a sus políticas de estabilización 
                  y ajuste estructural a mediados de los ochenta. Concluye su 
                  análisis con un conjunto de lecciones iniciales que podrían 
                  ayudar a otros gobiernos a manejar ‘los ganadores y los perdedores 
                  durante el proceso de cambio económico’, aunque señala 
                  que no se trata de proponer esquemas porque cada país 
                  tiene una historia y un ambiente político único. 
                  En su análisis de las políticas de ajuste en tres 
                  países africanos Toye (1992) concluye que el Banco Mundial 
                  no tomó debida cuenta de los intereses creados de los 
                  líderes de gobierno y los campesinos adinerados en el 
                  sector de la agricultura, y por lo tanto, los esfuerzos para 
                  reformar la economía se tambalearon. |   
            |   |   
            |  
                Gulhati 
                  (1990) sugiere, en un intento por contestar la pregunta ‘¿Quién 
                  hace políticas económicas en África?, que 
                  las autoridades normativas nacionales están influenciadas 
                  por cuatro variables políticas: las tendencias políticas 
                  en el país, y especialmente el carácter del gobernante 
                  (divide los gobernantes en ‘príncipes’, autócratas, 
                  profetas y tiranos); la estratificación social (lealtades 
                  de clase, étnicas y regionales); los donantes extranjeros 
                  e inversionistas; y el tamaño y calidad del servicio 
                  civil. Estas variables (algunas se traslapan con las de Whitehead) 
                  centran su atención en los actores dentro de cada categoría 
                  e intentan ofrecer una visión de conjunto de la cultura 
                  política del país. Gulhati luego identifica los 
                  puntos de intervención en el ambiente de políticas 
                  resultante si es que las reformas llegan a tener éxito. |   
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            |  
                Al 
                  revisar los documentos de Whitehead y Gulhati, Bery (1990) sugiere 
                  que ambos esquemas, aunque no son tan útiles para las 
                  autoridades normativas nacionales, ofrecen a los forasteros, 
                  como son los donantes, una forma de valorar la probabilidad 
                  de éxito de un esfuerzo de reforma particular. Tal vez 
                  debido a que centra su atención en África, y los 
                  ejemplos de Whitehead son más bien de América 
                  Latina, Gulhati concede a los donantes mucha más influencia 
                  en la determinación de las decisiones nacionales; él 
                  también muestra más preocupación que Whitehead 
                  por el grado en que el servicio civil afecta la ejecución 
                  de las políticas. |   
            |   |   
            |  
                Poner 
                  atención al servicio civil se estima importante debido 
                  a los papeles estratégicos de los burócratas en 
                  la implementación de las reformas. Algunos han tratado 
                  de comprender la influencia de los actores centrando su atención 
                  en la relación entre los políticos y los burócratas. 
                  Brown (1989), Mukandala (1992) y Panday (1989) por ejemplo, 
                  dicen que en Liberia, Tanzania y Nepal respectivamente, los 
                  burócratas han jugado un papel relativamente insignificante 
                  en los procesos de políticas, principalmente por el dominio 
                  de los políticos (y en Nepal el Palacio Real). Por el 
                  contrario, Koehn (1983) ha dicho que Nigeria ha visto tantos 
                  cambios de gobierno básicamente militares que los servidores 
                  civiles han controlado la toma de decisiones debido a su mayor 
                  pericia y continuidad. Charlton (1991), de igual manera, sugiere 
                  que en comparación con los políticos, los servidores 
                  civiles en Botswana jugaron un papel particularmente importante 
                  en la independencia, aunque el balance de poder entre políticos 
                  y burócratas cambió con el tiempo. Gulhati (1991) 
                  señala que la falta de consenso entre oficiales y políticos 
                  sobre la necesidad de reforma en Zambia (y el hecho de que las 
                  medidas de la reforma fueron principalmente desarrolladas fuera 
                  de Zambia por el FMI, el Banco Mundial y los consultores extranjeros) 
                  fue una de las razones para que se diera el "impasse" 
                  económico en ese país durante los ochenta. |   
            |   |   
            |  
                Algunos 
                  autores están interesados en los actores comunales, más 
                  que en las élites de las políticas dentro del 
                  gobierno (Ghai 1992). Tironi y Lagos (1991), por ejemplo, dicen 
                  que las políticas de ajuste estructural en América 
                  Latina están produciendo profundos cambios en la estructura 
                  social de los países que las implementan. Sugieren un 
                  serie de factores (la fuerza del gobierno y su administración, 
                  la dependencia en agencias financieras multilaterales, la voluntad 
                  y la capacidad de los actores sociales a resistirse) determinarán 
                  si las políticas de ajuste estructural son implementadas 
                  con medidas de shock o en forma gradual. Dan énfasis 
                  al papel de los sindicatos y la comunidad empresarial y en los 
                  grupos sociales marginales, así como a los partidos políticos 
                  y el estado, explorando su influencia relativa en la constelación 
                  de factores que influyen en las políticas. |   
            |   |   
            |  
                En 
                  su revisión de las políticas de desarrollo como 
                  proceso, Wuyts (1992; 283) sostiene que el público no 
                  puede ser separado del estado: ‘Las instituciones estatales 
                  están influenciadas por la acción pública, 
                  y a la vez, ofrecen los medios para sostener o modificar esta 
                  acción.’ Dice que la acción pública no 
                  es solo un factor adicional en el análisis del papel 
                  del estado en el proceso de políticas, sino una parte 
                  integral. Hyden y Karlstrom (1993; 1402) también hacen 
                  énfasis en la complejidad de los ambientes de las políticas 
                  y la interacción de los actores dentro de ellos:  
                   
                    ‘no 
                      es suficiente centrar la atención en los valores 
                      inherentes de los instrumentos de políticas específicos 
                      o en los supuestos intereses de varios actores de políticas 
                      en ciertos momentos. Lo que debe agregarse es una dimensión 
                      longitudinal que nos ayude a comprender cómo se interrelacionan 
                      los diversos actores sobre asuntos específicos y 
                      con cuáles resultados.’  |   
            |   |   
            |  
                Liddle 
                  (1992) escribe desde la perspectiva del desarrollo (en vez de 
                  la económica), sosteniendo que las teorías de 
                  las causas del desarrollo en el Tercer Mundo han puesto poca 
                  atención a las políticas y están demasiado 
                  preocupadas con la generalización. La tendencia a formular 
                  valoraciones y prescripciones globales para el desarrollo es 
                  tratado por Uphoff (1992) quien propone un enfoque que ‘particularice’ 
                  y desagregue. Long y Van der Ploeg (1989) también critican 
                  las teorías de desarrollo por estar casadas con modelos 
                  mecánicos más bien generales de la relación 
                  entre las políticas, la implementación y los resultados. 
                  Asumen una perspectiva de actores que empieza con los individuos 
                  y sus familiasn en vez de con élites políticas 
                  en el gobierno, y están a favor de desglosar el proceso 
                  de implementación de políticas, poniendo mucha 
                  atención a la forma como las intervenciones ‘entran en 
                  las vidas de los individuos y los grupos afectados y así 
                  llegan a formar parte de los recursos y limitaciones de las 
                  estrategias sociales que desarrollan’ (1989; 228). |   
            |   |   
            |  
                Resumiendo, 
                  los documentos revisados representan una serie de publicaciones 
                  que han aparecido en los últimos años, en relación 
                  a los efectos de las políticas. El hecho de que los resultados 
                  de las políticas solo puedan ser comprendidos dentro 
                  de un contexto histórico y mediante la identificación 
                  de los diferentes actores que puedan influir en las políticas 
                  es básico para sus argumentos. Sin embargo, pocos escritores 
                  se fijan explícitamente en el proceso de hacer 
                  políticas. Grindle y Thomas (1991) son la excepción 
                  principal a esta observación. Esto en parte se debe a 
                  que cada analista viene desde una perspectiva distinta, desde 
                  los puntos de vista macro-políticos del estado y las 
                  relaciones estado-comunales, hasta las micro-políticas 
                  de cómo las políticas afectan y son influenciadas 
                  por los individuos y las familias. La literatura es, por tanto, 
                  difusa y rica en su diversidad y complejidad, pero le falta 
                  consistencia y rigor. |   
            |   |   
            |  
                El 
                  proceso como centro de atención Muy 
                  pocos de los documentos descritos aquí entran a los procesos 
                  de toma de decisiones: están más interesados en 
                  explicar los factores contextuales o la conducta de los actores. 
                  Lo que Grindle y Thomas (1991) ofrecen es un esquema analítico 
                  que incorpora los procesos que ayudan a comprender cómo 
                  se hacen las políticas públicas y quién 
                  influye en ellas. Este enfoque se deriva principalmente de la 
                  reforma de políticas económicas, aunque dan un 
                  ejemplo de la reforma del sector salud en Mali. Centran su atención 
                  en los actores (élites de políticas que son percibidas 
                  básicamente como políticos y burócratas 
                  clave) y en los procesos de definición de la agenda, 
                  toma de decisiones e implementación de reformas. Si bien 
                  son principalmente analíticos, tratan de identificar 
                  un proceso y los factores críticos que afectan los resultados 
                  de las políticas de las iniciativas de reforma, creyendo 
                  que este enfoque puede ayudar a influir en el proceso de reformas 
                  y a comprenderlo. Comparan el proceso de políticas en 
                  circunstancias de crisis, así como en circunstancias 
                  de rutina o de ‘política usual’, consideran las respuestas 
                  probables a las políticas particulares (apoyo y resistencia, 
                  dónde surgen y sus fuerzas relativas), los recursos necesarios 
                  para la implementación, e incluyen juicios sobre contextos 
                  permisibles o limitantes. |   
            |   |   
            |  
                Su 
                  análisis se centra en los límites traslapados 
                  del estado y la sociedad, y aunque ellos descuidan en alguna 
                  medida el papel de los intereses creados y los intereses grupales, 
                  el esquema que ofrecen es inusual porque integran explícitamente 
                  el contexto, los actores y los procesos de la toma de decisiones. |   
            |   |   
            |  
                El 
                  análisis de las políticas de salud Como 
                  se ha mostrado, la reforma económica condujo a varios 
                  documentos que sostienen que se debe poner más atención 
                  al ambiente de las políticas. El resultado ha sido un 
                  aumento en el número de enfoques, ricos en diversidad 
                  y explicación. Sin embargo, difícilmente ha tocado 
                  al sector salud. Aunque la reforma de salud ha sido similar 
                  a la reforma económica en muchos países en desarrollo 
                  (para no mencionar el mundo industrializado), se ha visto poco 
                  interés en el ambiente de las políticas. A mediados 
                  de los ochenta, Abel-Smith, por ejemplo, llamó la atención 
                  sobre la crisis económica mundial y sus repercusiones 
                  en la salud, demostrando los drásticos efectos en la 
                  recesión. Se hizo alusión a los programas de ajuste 
                  estructural (en términos de los recortes del gobierno 
                  en el sector salud), pero el punto central de interés 
                  era la economía y no la política (Abel-Smith 1986). 
                  Hay pocas excepciones a este punto central de atención. 
                  El análisis de las reformas del sector salud en Chad 
                  y en Nigeria exploraron algunos de los factores políticos 
                  y económicos que explicaron la implementación 
                  parcial o lenta de las reformas (Foltz 1994; Foltz y Foltz 1991). 
                  Bennett y Tangcharoensathien (1994) analizaron el contexto y 
                  los procesos del cambio de políticas estimulando el crecimiento 
                  de la atención de la salud privada en Tailandia, recurriendo 
                  al esquema analítico de Grindle y Thomas. Dahlgren (1990) 
                  y Mwabu (1993) evalúan el proceso de introducir costos 
                  en el sector de salud de Kenia; Reich explora las políticas 
                  farmacéuticas en varios países usando una perspectiva 
                  de economía política (1994a). |   
            |   |   
            |  
                Estos 
                  documentos sugieren que la reforma de salud no es fácil, 
                  está sujeta a considerables influencias externas (externas 
                  al sector salud y al país) y a menudo hay resistencia 
                  hacia ella. Una revisión de las reformas del sector salud 
                  en cuatro países de África apoyadas por ayuda 
                  fuera de proyectos de la Agencia Internacional para el Desarrollo 
                  de los EEUU, concluye que la evaluación de varias experiencias 
                  sugieren que  
                   
                    ‘el 
                      cumplimiento de reformas del sector salud es más 
                      difícil que la de reformas en otros sectores.’ (Donaldson 
                      1993; 13) |   
            |   |   
            |  
                Algunas 
                  razones por las que el sector salud puede ser distinto del sector 
                  económico pueden estar relacionadas con factores como 
                  las peculiaridades del mercado de la atención de la salud, 
                  el status de los profesionales de la salud, los conflictos por 
                  valores sobre cobertura, el acceso a la alta tecnología 
                  y el control sobre la calidad de la vida. |   
            |   |   
            |  
                Aunque 
                  se carece de análisis de políticas en las reformas 
                  de la salud en los países en desarrollo (como se dijo 
                  antes), hay alguna literatura sobre los actores y sus papeles 
                  en la toma de decisiones de la salud, con enfoques económico-políticos 
                  de la salud. |   
            |   |   
            |  
                Ugalde 
                  (1978) se concentró en la toma de decisiones en el sector 
                  salud en Colombia e Irán, mostrando que no solo los profesionales 
                  médicos y sus valores dominaban el proceso de políticas, 
                  sino que la toma de decisiones estaba limitada a un círculo 
                  muy cerrado de élites superiores, especialmente en Irán, 
                  pero también en Colombia. Ugalde sugiere que los donantes 
                  internacionales perpertuaron este sistema subdesarrollado de 
                  articulación de la demanda, a pesar de la retórica 
                  sobre la participación comunitaria. La fuerte posición 
                  de una pequeña élite de profesionales de la salud 
                  influenciando las políticas de salud también aparece 
                  en Mozambique después de la independencia (Walt y Cliff 
                  1986) y los autores sugieren que los factores exógenos, 
                  como la guerra y los acuerdos de ajuste estructural (las negociaciones 
                  con el FMI y el Banco Mundial empezaron en 1985),se combinaron 
                  para cambiar la confianza en las políticas de salud. |   
            |   |   
            |  
                Muchos 
                  de los que han escrito sobre políticas de salud en los 
                  países en desarrollo se han interesado por la medida 
                  en que la toma de decisiones en el campo de la salud nacional 
                  ha sido socavada desde los ochenta por depender de los donantes. 
                  En algunos países en África entre el 60 y el 70% 
                  del presupuesto del gobierno para la salud proviene de fuentes 
                  externas. Unos pocos estudios de casos han examinado directamente 
                  en qué medida los donantes están influyendo en 
                  las políticas de salud en determinados países 
                  (Okuonzi y Macrae 1994; Cliff 1993; Cliff et al. 1986; Linsenmeyer 
                  1989) y otros han considerado la influencia de los donantes 
                  como parte del campo de las políticas de salud, tanto 
                  dentro de los países menos desarrollados (Justice 1986) 
                  como dentro de las agencias (Gerein 1986). La interdependencia 
                  global emergente también es una preocupación importante 
                  en el análisis del aumento de la violencia y de los desastres 
                  complejos de gran escala (Duffield 1994). El impacto de la violencia 
                  política en la salud y los servicios de salud ha sido 
                  descrita como un asunto de salud pública por Zwi y Ugalde 
                  (1991) y su último impacto sobre sociedades ‘post’-conflicto 
                  es ilustrado por Macrae, Zwi y Birungi (1994). Duffield (1994) 
                  sugiere que las agencias de ayuda a menudo han despolitizado 
                  las políticas, reduciéndolas a un asunto técnico 
                  de organización o buena práctica, y afirma con 
                  vehemencia que las políticas deben ser basadas en la 
                  centralidad de las relaciones políticas indígenas 
                  y no impuestas desde fuera. |   
            |   |   
            |  
                Hay 
                  pocos enfoque de economía política para analizar 
                  las políticas de salud. Una de las primeras visiones 
                  de conjunto de cómo los sistemas políticos y económicos 
                  afectaban el desarrollo de la atención de la salud es 
                  la Economía Política de la Salud (1979) 
                  de Doyal. Turshen (1984) usaba un enfoque analítico similar 
                  para describir cómo las experiencias con las enfermedades 
                  cambió la historia colonial en Tanzania y cómo 
                  la política ha afectado los asuntos de salud pública 
                  (Turshen 1989). Una revisión más reciente y útil 
                  de la economía política de la salud es la de Reich 
                  (1994b), quien distingue entre dos enfoques: la escuela de intervención 
                  del gobierno, que considera que debe haber control del sector 
                  público sobre el libre mercado y la neo-liberal o escuela 
                  de las fuerzas del mercado, que rechaza la intervención 
                  del gobierno y propone que el sector privado está a cargo 
                  de los avances en las políticas de salud. Morgan (1993) 
                  también asume un enfoque de economía política 
                  al revisar la participación comunal en la salud en Costa 
                  Rica. Stock y Anyinam (1992) concluye que los servicios de salud 
                  no han estado muy influenciados por la ideología en África, 
                  pero en la medida que las reformas neo-liberales empiecen a 
                  funcionar, esta conclusión puede ser desafiada. Kalumba 
                  y Freund (1989) sugieren que las revelaciones de las discrepancias 
                  sociales dentro y entre regiones condujo al eclipse del idealismo 
                  en Zambia hacia fines de los ochenta. |   
            |   |   
            |  
                El 
                  crecimiento de la interdependencia global ha destacado el papel 
                  de las agencias internacionales y bilaterales de la salud y 
                  sus relaciones con la toma de decisiones nacional. Una crítica 
                  de la Propugnación de la Salud para Todos de la OMS, 
                  por Navarro (1984) examina la relación entre la retórica 
                  política global y el poder. Varios escritores del campo 
                  de las relaciones internacionales han examinado la toma de decisiones 
                  en las agencias internacionales: Sikkink (1986) revisó 
                  el papel de la definición de la agenda en la UNICEF y 
                  la OMS en relación con el Código Internacional 
                  sobre Sustitutos de la Leche Materna; Taylor (1991) examinó 
                  varias agencias internacionales, una de las cuales fue la OMS, 
                  para explorar las consecuencias de las presiones financieras 
                  en el sistema de las Naciones Unidas. Uno de los temas sobre 
                  los cambios en el financiamiento dentro de la OMS cuestiona 
                  dónde está el poder dentro de la organización 
                  (Walt 1993). Varios autores han examinado el papel de las agencias 
                  internacionales en el desarrollo de políticas farmacéuticas 
                  (Kanji et al. 1992; Chetley 1990; Reich 1987). |   
            |   |   
            |  
                Aunque 
                  muchos de estos documentos usan el enfoque de análisis 
                  de políticas, suele aparecer en forma implícita. 
                  En cambio, el esquema comparativo de Leichter de 4 políticas 
                  de salud en 4 países industrializados ofrece una visión 
                  de conjunto útil y explícita para el análisis 
                  de políticas, y puede adaptarse a distintas situaciones. 
                  Presenta 4 categorías contextuales de factores que afectan 
                  el proceso de las políticas: el situacional, el estructural, 
                  el cultural y el ambiental, que ofrecen un esquema para analizar 
                  las políticas públicas (Leichter 1979; 41). |   
            |   |   
            |  
                La 
                  escasez de literatura que considere la forma como las políticas 
                  de salud se hacen e implementan en el mundo en desarrollo subraya 
                  la necesidad de análisis de políticas de salud 
                  más detalladas e integrales. |   
            |   |   
            |  
                Incorporación 
                  del análisis de políticas en los estudios de salud Hemos 
                  dicho que históricamente muchas políticas de salud 
                  solo se han interesado en las características técnicas 
                  del contenido de las políticas, sin considerar los procesos 
                  de hacerlas efectivas. Por eso los cambios en las políticas 
                  a menudo han carecido de efecto y los resultados esperados de 
                  las políticas no han sido alcanzados. El análisis 
                  de políticas sigue ignorando el cómo de 
                  las reformas de políticas. |   
            |   |   
            |  
                Si 
                  bien el ambiente de las políticas en el campo de la salud 
                  fue relativamente de consenso, la orientación técnica 
                  de las políticas de salud presentaba pocas objeciones. 
                  Sin embargo, el ambiente actual de las políticas es más 
                  incierto y más conflictivo y los debates de políticas 
                  plantean preguntas fundamentales sobre los valores y los intereses 
                  de grupo fomentados por el cambio de políticas. Debido 
                  a que las reformas de políticas suelen depender del compromiso 
                  político y no del debate racional, una influencia particular 
                  en su impacto es la estructura de poder dentro de la que operan. 
                  En el sector salud hay importantes e influyentes redes de políticas 
                  compuesta de administradores y profesionales y, al menos en 
                  el Reino Unido, la hostilidad y las diferencias entre estos 
                  dos grupos abundan (Salter 1994). En muchos países de 
                  bajos ingresos existen grandes brechas entre los burócratas 
                  superiores y de menor nivel, entre enfermeras y médicos, 
                  entre élites políticas y administradores. En esos 
                  países el poder es más complicado porque depende 
                  no solamente de las relaciones internas, sino de manera significativa, 
                  de las relaciones externas con los consejeros, los expertos, 
                  los donantes y las instituciones financiadoras. El análisis 
                  de políticas no puede continuar ignorando la influencia 
                  de los valores y los intereses de grupo –el quién 
                  de la reforma de políticas- en la elección 
                  de políticas y las prácticas de implementación. |   
            |   |   
            |  
                Nuestro 
                  modelo analítico simple (Figura 1) hace énfasis 
                  en la función crítica de estos actores en el proceso 
                  de políticas, influyendo en los valores inherentes en 
                  las políticas y las políticas específicas 
                  escogidas mediante el proceso e influenciada por el contexto 
                  de las políticas (históricas, políticas, 
                  económicas y socioculturales). Las decisiones respecto 
                  al contenido de las políticas no son solo técnicas, 
                  sino reflejan lo que es políticamente factible en el 
                  momento de la elección de políticas. Ver las políticas 
                  como un proceso dinámico también es clave para 
                  este análisis: el ambiente de las políticas está 
                  cambiando continuamente, transformando relaciones entre los 
                  grupos y entre las instituciones. De hecho, Warwick (1979) se 
                  refiere al ‘análisis transaccional’ más que al 
                  análisis de políticas para hacer énfasis 
                  en la complejidad de las interacciones sociales, económicas 
                  y políticas que incluyen los sistemas de valores. |   
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                Al 
                  promover esta visualización del análisis de políticas 
                  estamos conscientes de los argumentos que se dirigen contra 
                  el análisis de políticas: que toda política 
                  es decidida por razones políticas y que por tanto es 
                  única en tiempo y espacio; que por ser tan complejas, 
                  las ciencias sociales no pueden ofrecer herramientas suficientemente 
                  específicas para precisar los resultados; que el acceso 
                  a la información es difícil y puede ser delicado; 
                  que puede desactualizarse rápidamente especialmente en 
                  situaciones de inestabilidad política; que el análisis 
                  de políticas se basa en conceptos occidentales que no 
                  son aplicables a los países menos desarrollados. La conclusión 
                  de estos puntos es que tiene poco sentido hacer análisis 
                  de políticas porque nunca es generalizable y no conduce 
                  al cambio. |   
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            |  
                No 
                  estamos de acuerdo con estos argumentos. De hecho, una de las 
                  razones para hacer análisis de políticas es precisamente 
                  para influir en los resultados de las políticas. Como 
                  dicen Grindle y Thomas (1991; 141)  
                   
                    ‘Hemos 
                      propuesto que los tomadores de decisiones y los administradores 
                      de las políticas puedan analizar su ambiente, en 
                      el contexto de un esquema de economía política 
                      para ver si existen las condiciones y la capacidad para 
                      implementar con éxito la reforma.’ |   
            |   |   
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                Reich 
                  (1993) ha desarrollado un método para hacer diagramas 
                  políticos para ayudar en el análisis de ambientes 
                  de políticas. Como herramienta, los diagramas políticos 
                  pueden usarse para la investigación (análisis 
                  retrospectivo) y para el planeamiento (análisis prospectivo). 
                  Por ejemplo, ofrece varias formas distintas para investigar 
                  cuáles actores pueden estar afectados por determinadas 
                  políticas y valorar sus ventajas y desventajas relativas. 
                  Si un ejercicio como este se hace antes de hacer efectivas las 
                  políticas, debe ser posible valorar cuáles grupos 
                  tienden a resistirse y a planear estrategias para superar la 
                  oposición. |   
            |   |   
            |  
                Otros 
                  han usado de manera parecida el análisis de políticas 
                  para ayudar a los tomadores de decisiones a pensar bien las 
                  implicaciones de las políticas de salud particulares 
                  (Gilson 1993). Klitgaard describe sus intentos de construir 
                  una capacidad analítica entre entre los oficiales del 
                  gobierno en Guinea Ecuatorial (1991a) y en Bolivia (1991b). |   
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                Hacemos 
                  énfasis en la importancia crítica de la sensibilidad 
                  y precaución en este enfoque del análisis de políticas, 
                  reconociendo la influencia potencial de los propios valores 
                  y perspectivas del analista en el análisis y hasta en 
                  las decisiones que toma. También aceptamos que las políticas 
                  son formuladas e implementadas dentro de contextos históricos 
                  específicos, y los resultados dependen del tiempo y el 
                  espacio. Sin embargo, esto no significa que nada se pueda 
                  hacer para cambiar las políticas. Sugerimos que la crisis 
                  actual en la salud exige un análisis riguroso e integral 
                  del proceso de políticas y su influencia en la efectividad 
                  de las políticas, como insumo en la toma de decisiones 
                  en el futuro. |   
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